Llegamos a Colombia

Ayer, cerca del mediodia y sin muchas dificultades en la frontera, ingresamos a Colombia. El trato recibido por el personal de migraciones y aduanero de entrada ya nos sorprendio gratamente. En nuestra primera jornada, pasamos por las localidades de Ipiales (donde contratamos un seguro para la camioneta) y Las Lajas (donde vimos el santuario que deslumbra con una iglesia gotica construida en un barranco) y llegamo a dormir a una estacion de servicio en una localidad que se llama Remolino.

Hoy tempranito nos pusimos en marcha nuevamente, y comenzamos a deslumbrarnos con el paisaje de las montañas colombianas. Algunos tramos del camino nos hicieron recordar mucho a la zona de la selva Tucumana en Argentina, sin embargo las colinas ondulantes, verdes y repletas de cebus, se iban mechando de tanto en tanto. Tambien por el camino serpenteante, lleno de presipicios, curvas y contra curvas fuimos viendo a los personajes que habitan en Colombia, alli estaban los campesinos igualitos a Juan Valdez (el de la publicidad del cafe), muchos hombres y mujeres negros caminando al costado del camino, trabajando o tirando de una vaca. Las rutas de Colombia estan repletas de policias con uniformes de combate militares y de retenes del ejercito colombianos; el ejercito no te detiene, de eso se encarga la policia de tanto en tanto, siempre se muestran muy amables y educados. Vimos cultivos de cafe, algodon, cacao, caña de azucar, y una vegetacion exuberante que impresiona con su verde rabioso.

Hoy hicimos 450 kilómetros en 9 horas, porque el camino de montaña alenta la marcha. Descartamos a Cali como destino, no ingresamos en la ciudad, más bien la evitamos. Nos hubiera encantado entrar pero, hacerlo hubiera implicado quedarnos, y no tenemos tiempo, en dos meses tenemos que estar en Gesell. Hoy llegamos a Salento un pueblito ubicado en medio de una reserva forestal imresionante, llegamos casi al atardecer paso prebio por Armenia. Mañana nos quedaremos por acá, pasado mañana pensamos partir a Bogotá. Estamos apenas a 300 kilometros de la capital, pero el camino es una pendiente interminable y tememos que la Discovery se empaque, así que estamos evaluando ir en colectivo y dejar en un estacionamiento por aca la camioneta y el trailer, o ir con la camionta sin el trailer. En Bogota tenemos que visitar a nuestro amigo Juan Camilo Riveros, un colombiano que hace unos 6 años anduvo por El Viejo Hobbit, aprendiendo los rudimentos de la elaboración de cerveza artesanal. Camilo es cocinero profesional, ya probamos su comida  cuando cocinó para nosotros en nuestra casa de Gesell; estamos entusiasmados porque prometió un almuerzo en su casa de Bogota y muuucha cerveza artesanal.