http://picasaweb.google.com/hobbitsaventureros/
Mañana partimos a Colombia, previo paso por Otavalo, luego de estar 4 días en Quito. Quito es una ciudad que nos dejó maravillados a todos. La capital del Ecuador es preciosa, hay varias formas de referirse a ella… “La Florencia de Sudamérica”, “La ciudad de los campanas”, “La ciudad de las leyendas”. La ciudad vieja deslumbra por sus iglesias, edificios públicos, plazas y callecitas empedradas, los siglos no opacan a Quito, al contrario la convierten en una joya única repleta de techos de tejas y edificios de múltiples estilos. Recorrimos su centro histórico visitando las iglesias de la compañía, la merced, San Francisco y una basílica Gótica enorme. Las plazas son muy lindas, a escasos metros de nuestro modesto pero limpio hotel, está la Plaza Grande, alrededor de la que se ubican el Palacio de Gobierno (Don Rafael Correa, no salió a saludarnos), La municipalidad, La iglesia y convento de la Merced y una galería antigua que invita a relajarse en sus hermosos cafés, o perderse entre los locales de artesanías y souvenirs; esta plaza también tiene una serie de gigantografías conmemorativas que la relatan la revolución criolla. Quito fue la primer ciudad de Sudamérica en que los criollos se opusieron al dominio español, en 1809, trecientos quiteños fueron masacrados enrojeciendo el suelo americano con ansias de libertad; en agosto de 1810, luego de aquel mayo en que en la modesta Buenos Aires de adobe y calles Barrientos también gritara libertad. Nuestro trailer tiene una leyenda que dice: bicentenario de la revolución de mayo 1810-2010.
Con Geraldine, también estuvimos en el Centro Cultural Metropolitano, donde por esas casualidades de la vida nos vimos involucrados en la presentación de un libro de fotografías del fotero (así se autodefine) Eduardo Quintana, además de ver la muestra, presenciar los discursos y los ritos y danzas chamánicos, ligamos una copita de vino y algunos canapés, lo que no estuvo nada mal.
Con los chicos, antes de ayer fuimos al teleférico, que es el más alto del planeta, desde la cima del cerro que sube se ve Quito desde las alturas, realmente muy lindo. Para llegar a la estación del teleférico, tuvimos que atravesar la cuidad nueva, que se muestra limpia, bonita y organizada, con sus trolebuses y otros medios modernos de transporte. El Ecuador de la sierra es más prolijo que el de la costa, “los patitas saladas” (así les dicen a la gente de la costa) gracias a su clima no tiene tendencia a preocuparse mucho por la estética de sus casas, además tienen fama de parranderos.
Ese mismo día por la tarde fuimos al museo Guayasamin, un pintor ecuatoriano que a Geral y a mi nos gustó mucho, además del museo hay algo que se llama “la capilla del hombre”, también pintada por Guayasamin, pero el lugar estaba cerrado.
Ayer fuimos al monumento de la mitad del mundo, pocos kilómetros del centro histórico. El mayor valor del monumento es lo que simboliza, y como no puede ser de otra manera no resistimos la tentación de sacarnos fotos con un pie en cada hemisferio. Alrededor del monumento se a generado todo un centro comercial con restaurantes y lugares que vende souvenirs. También nos enteramos que en realidad la línea del Ecuador no pasa exactamente por el lugar, hay un error de calculo por el método utilizado para la medición. Según dicen, desde estudios realizados, en los años 90, la verdadera línea pasa a unos 200 metros de donde está el monumento, y en ese lugar se hizo una especie de parque privado donde se muestran efectos con agua, y cosas raras que ocurren por la latitud 0; pero no fuimos al lugar. En fin, podemos decir que hay una línea del Ecuador estatal, donde está el monumento, y otra privada donde está el referido parque. Nuevos estudios, practicados con un nuevo satélite, prometen correr nuevamente la línea, pero nadie sabe si para el sur o para el norte.
Hoy a la mañana nos levantamos muy temprano para llevarla a Norita, la novia de Javi, al aeropuerto, porque volvió a Argentina a laburar y estudiar, la chica es responsable. La pasamos muy bien con Norita, que nos acompañaba desde Guayaquil. Luego de la despedida bastante tristona, comenzamos el tour mecánico, llevamos a la Discovery a revisarle el aceite de la caja, diferenciales, caja de transferencia, etc, le hicimos lavar el chasis para sacarles las toneladas de barro de la última encajada y le engrasamos las crucetas. Hasta ahí todo bien y rápido. Pero resulta que se nos rompió el enchufe que va de la camioneta al trailer, porque se soltó en la ruta y se hizo mierda, conseguir uno que lo remplace en Quito fue una tarea que nos llevó horas y horas de dar vueltas por una avenida kilométrica llamada 10 de Agosto, finalmente conseguimos la pieza en la loma del orto como no podía ser de otra manera. En latino América se habla castellano, pero no el mismo castellano, y entrar a 1000 casas de electricidad del auto (del carro) para conseguir un conector para el trailer (para la carreta) y tratar de hacerle entender a los amigos (panas) ecuatorianos te tira (te bota) el alma al piso.
1 comentario:
tienen un blog muy bonito e interezante solo me gustaria sugerirles que suban fotos de su travesia.....felicitaciones buen viaje y buena suerte
Publicar un comentario