Nuestro Amigo Juan Camilo
Antes de que se asusten, hay en Colombia un volcán en alerta roja que anoche lanzó una vocanada de humo y lava, parece que quieren comenzar a evacuar a los habitantes de las zonas cercanas que son como unos 8000. Nosotros ya pasamos por ese lugar cuando la cosa estaba en alerta naranja, pero ni nos enteramos. Ahora, para la tranquilidad de todos estamos bastante lejos, así que del volcán estamos seguros. ahora acabamos de llegar a Bogotá, pero no lo hicimos con la Colo, ya que teníamos que atravesar dos cordilleras muy altas, en solo 300 kilómetros, y no queríamos arriesgarnos a que se calentara de nuevo, además acá solo vamos a estar dos días, para visitar a nuestro amigo Juan Camilo Riveros, un Colombiano que hace años se apareció en el Hobbit, para que Juan le enseñase a hacer cerveza artesanal. Ahora ya armó su equipo y produce varios estilos. Nos espera para compartir un almuerzo en su casa que el mismo preparará (es cocinero) y nos ofrecerá un par de estilos de cervezas suyas, y después nos quiere llevar a conocer el casco histórico. Realmente hicimos todo este recorrido más que nada para verlo a él ya que se quedó una semana visitándonos en el Hobbit y antes de irse nos hizo una comida riquísima en agradecimiento por toda la buena onda. Nobleza obliga teníamos que pasar a verlo ya que estamos ahora nosotros en su país. Dejamos a la Colo y al trailer en un estacionamiento en la ciudad de Armenia, a unos 316 kilómetros de Bogotá, y vinimos en colectivo,; el drama fue que entre el camino de montaña, los camiones, los cortes en la ruta porque la están arreglando y el infernal tránsito al entrar a Bogotá, todo eso hizo que tardaramos 9 horas en llegar, más una más que tardamos desde la terminal de buses al barrio donde estaba el hostal en el que nos alojaríamos, conclusión, llegamos fundidos, con lluvia, y sólo ganas de dormir.
La noche anterior en el estacionamiento donde dormimos, conocimos a un colombiano que nos preguntó de nuestro país porque casualmente en 15 días estará por allá para conocer las cataratas del Iguazú y alguna cosita más. Estuvimos charlando un montón, nos dió un montón de datos de adonde ir y qué conocer, en su país. Quedamos en ponernos en contacto nuevamente a nuestro regreso de Bogotá. Lo bueno es que recién controlamos los mails y nos escribió uno diciéndonos que nos consiguió entradas a mitad de precio a dos parques muy bonitos, uno de ellos es el Parque Nacional del Café que queda muy cerquita de Armenia, ya que esta es la zona cafetera por excelencia, que exporta el mejor café del mundo. Además nos invitó a la casa a comer porque dice que su tía nos quiere conocer. Muy macanudo!!
Realmente en este país nos sentimos muy cómodos, la gente se para en la calle para preguntarte si necesitás algo, adonde vas, y si le preguntás una dirección, no dudan en guiarte ellos mismos, a veces, varios kilómetros, hasta sacarte por la vía y asegurarte que tomaste la correcta (eso ya nos pasó tres veces desde que entramos a Colombia).
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