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Juan Pablo Roncoroni, Villa Gesell. Tengo varios blogs que versan sobre distintas cosas... la cerveza, el placer de viajar y escribir.

lunes, 5 de julio de 2010

Lima y Punta Hermosa

 Fotos: http://picasaweb.google.com/hobbitsaventureros/2010Peru3NazcaParacasLima#



Lo llamamos a mi primo Vicente, desde Paracas,  para decirle que llegaríamos a Punta Hermosa a eso de las 9 de la noche, para alojarnos en la casa que él nos había conseguido. Pero nos dijo que nos encontraríamos al día siguiente porque a esa hora ya estaría durmiendo. Recordemos que Vicente se levanta a las 4 de la mañana para salir a correr, y se acuesta a las 7 de la tarde. Tiene hábitos tan respetables como maniáticos. Además de eso Vicente estaba viviendo un mal momento porque un par de días antes había muerto Ines, su exmujer, con quien ya no vivía desde hace 10 años, pero con la que  tenía una buena relación. Así que arribamos a Punta Hermosa ya de noche como estába pronosticado. Al llegar a la famosa playa, 30 kilómetros al sur de Lima, fuimos atacados... Atacados por un hambre atroz, así que recalamos en un restaurancito modesto que ofrecía un menú económico y aceptable.


Estábamos haciendo sobremesa y debatiendo donde cuadrar (equivalente al argentino concepto de estacionar) el trailer para dormir, cuando se acercó a nuestra mesa un hombre calvo y de baja estatura y nos preguntó ¿Ustedes son los de la camioneta que dice vuelta a Sudamérica 2010? La cuestión es que, terminamos charlando largo y tendido con el hombre. Resultó ser que era Mauricio Hamann, amigo de mis primos Vicente y Ezequiel (argentinos peruanisados a fuerza de años en el Perú) Mauricio, nos dijo que podíamos guardar el trailer y la camioneta en su casa. Allí fuimos, Geral y yo abrimos nuestro trailer Delta 330 (donde dormimos)  en el jardín de la casa de Mauricio, y los chicos fueron acomodados en una habitación de la casa. Mauricio nos dijo, esta es su casa, usen Internet, pasen al baño, y si encuentran algo en la heladera es porque es un milagro, la única condición es que no dejen escapar al gato. Para nuestra fortuna, la casa de Mauricio, estaba a la vuelta de las casas que nos había conseguido Vicente para alojarno a nuestra anchas. Al día siguiente de llegar a Punta Hermosa tomamos posición de la casa de Mónica, así se llama la dueña del inmueble que se la prestó a Vicente para que nosotros estuviéramos allí.  Mónica estaba chambeando (laburando) en EEUU y la casa estaba ociosa. En la casa de Monica, estaba Susan quien se encargaba del cuidado del lugar, quien con su hijita fue muy amable durante toda nuestra estadía. Otra habitante de la finca era Zoe, una perra labradora, cuya gordura sólo era comparable con su dulzura. Zoe, fue nuestra compañera fiel, todos los días que estuvimos en la casa, incluso compartía la cama king size con Geral y yo. La casa de Mónica es una típica casa de la costa peruana, en la que abundan las estructuras de caña y la despreocupación por las rendijas. Es un lugar acogedor, beneficiado por benigno de las afuera de Lima; tiene un living al aire libre apenas cubierto por un enquichado liviano que no soportaría el más suave de los fríos pampeanos.

La casa de Punta Hermosa, fue el lugar donde recalábamos todas las noches, hasta que partiamos de Lima, y el Jardín de Mauricio fue el reducto donde guardamos la camioneta y el traler. A Mauricio lo veíamos a diario, y compartíamos con él delirantes conversaciones y cosas del Perú y la Argentina.

En Punta Hermosa, también estuvimos con Gaby, la azafata amiga de Vicente, que vive al lado de la casa  donde estuvimos alojados. Incluso antes de irnos comimos un asado, hecho por las manos argentinas de Vicente que no pierden las mañas para las brasas. Fue muy divertido compartir todo esto con Gaby, que es una persona muy amable y simpática, y con otros amigos de Vicente, como Gonzalo y Palomita, a quienes de el mismo modo que a Gaby los conocíamos del año anterior.

Disfrutamos de la casa de  Punta Hermosa a cuerpo de rey. Sobre todo pernoctábamos en la casa porque durante el día nos ivamos a Lima a pasear. Tuvimos el inmenzo placer de comer en Cantarana, si alguna vez vienen al Perú no dejer de ir al restaurante de Vicente, se come espectacular. En Cantarana también asistimos a la derrota Argentina contra Alemania. Llegamos tarde al partido, Alemania ya nos había metido uno, yo le dije a Vicente: No te preocupes, vicho, con migo llego la suerte; lo que no aclare era que la suerte era para los germanos, y no para los argentinos. Que se le va hacer otra vez, será.
No pudimos ir a Patagonia, el restaurante de mi primo Ezequiel, por cosas de la camionetas y otros contratiempos. Pero de todos modos comimos con el, con Vicente y con otros parientes en una parrilla de un argentino. De todos modos recomiendo Patagonia, donde comimos con Geral el año pasado.

Lima fue para nosotros más social y familiar que turistica, pero estar en la capital peruana fue sentirnos en casa. Fuimos a Mamacona, Pachacamac, donde mi prima Raquel tenía sus caballos. En el lugar recibimos el gratisimo recibimiento de mi primo político Hugo Huertas, y hasta monte un caballo de paso peruano que hizo lo que el quería. Es imprecionante lo que hizo raquelita en medio del desierto de la costa peruana, pues ambas fincas parecen ser un pedacito de la pampa humada, la casa de Mamacona es preciosa. En Mamacona estuvimos con los hijos de Hugo y Raquel, a Pedro Pablo lo vimos varias veces en distintos lugares de Lima. También vimos varias veces a Juan Furgiule (el hijo de mi primo Gabriel), que llego hace 4 meses de España y que a la brevedad andará unos días por Gesell.Con Juan tuve el gusto de perderme en Lima con la camioneta, mi primo Gabriel desde España lo atribuyo a nuestro despiste. Lo que no dice es que si el hubiera estado con nosotros en la camioneta, su aporte a la concentración hubiera sido nulo.

Estuvimos en el Barrio Chino, en el centro de Lima, en Barranco, San Isidro y Miraflores, barrios muy lindos de Lima, pero todo rápido por nuestros compromisos sociales.
En Punta Hermosas, ya tenemos una pila de amigos, Gaby, Mauricio y su gato, Paloma, Gonzalo, Fortunata, y ZOE la perra que vive en la casa que nos prestaron (Soe, es una labradora gorda y enorme que  dormia en la cama King Size con Geral y conmigo). Ya lo dijimos, pero lo reafirmamos, porque queremos mucho a esta gente, si a Zoe le damos la categoría de Gente.































































































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