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Juan Pablo Roncoroni, Villa Gesell. Tengo varios blogs que versan sobre distintas cosas... la cerveza, el placer de viajar y escribir.

lunes, 31 de mayo de 2010

La Paz Bolivia



 Estamos en La Paz, llegamos aquí saliendo de Oruro el día 29 por la tarde. Este tramo de Ruta del altiplano está muy bueno y no hay que subir mucho porque sino se llegaría a la Luna. El modo de conducir y pasar autos que tienen los bolivianos, te hace rezar un padre nuestro a cada rato... Ingresamos a la Paz en medio de el Cáos del transito, Javier manejaba entre las combis asesinas que lo asechaban y amenazaban con chocarnos ignorando semáforos y todas las normas de transito. Los peatones son un item a parte, se mezclan con el transito, caminan por el medio de la calle, las cholas con sus vestidos saltan los muritos de cemento de las autopistas y se te cruzan. Cuando vez un lugarcito para pasar, 20 bolivianos saltan de la vereda y se ponen delante de la camioneta, y si no te queres quedar a vivir allí, tenes que ir corriendolos usando acelerador, hembrague y freno, acelerador embrague y freno, de modo que la camioneta vaya abanzando despacito y empujando amigablemente a los peatones. El modo de cruzar la calle es por cualquier parte, no por las esquinas, incluso caminan longitudinalmente por el centro. Increíble pero no vimos un sólo choque, ni morir a nadie.

Cuando logramos, gracias al GPS, tomar la avenida que nos llevaba a la zona sur de la ciudad donde está el camping nos encontramos que estaba cortada porque era la Fiesta de Jesús del Gran Poder (Según dicen tan importante como el carnaval de Oruro). Tomamos el desvío sugerido por las flechas, pero el GPS no daba pie con bola. La Paz es una ciudad muy diferente a lo que nosotros estamos acostumbrados, su trazado entre las montañas se caracteriza por las calles circulares, diagonales y vuelteretas. O sea si te salís de la calle por donde tenes que ir, tomar otra paralela es imposible. Así que estábamos perdidos como turco en la neblina. Le preguntamos a un policía y el tipo intento explicarnos, usando el mapa del GPS, pero la pantallita era escasa para tener una visión panorámica. Finalmente, cansado de explicarnos y de que nosotros no le entendiéramos un soto, se subió a la camioneta y nos guío un buen trecho hasta superar la obstrucción de la Fiesta del Gran Poder, si no fuera por la amabilidad del agente del orden todavía estaríamos dando vueltas. Pero la cosa no termina ahí, al GPS se le acabo el mapa y para llegar al camping el último tramo lo marcaba como una linea perfectamente recta. Esto es imposible que exista en los suburbios de La Paz. Estuvimos dando vueltas por barrios preciosos, tipo San Isidro en Buenos Aires, que estaban llenos de cuestas y callesitas sin salida. Tuvimos que apelar a la baja, y la pericia de nuestro hijo Javier para hacer marcha atrás con el trailer, varias veces. Nadie sabía donde estaba el Camping Overland. El GPS lo marcaba a 600 metros, y lo vehíamos como un punto en la pantallita pero no podíamos llegar, porque cada vez que nos metiamos en una calle, esa no era. Finalmente dimos con una persona que sabía donde estaba, había que dar una vuelta enorme subiendo a la montaña y cruzar 2 tuneles para llegar a la localidad de Mallasa. Llegamos el 29, ya muy de noche extenuados y con sólo ganas de dormir. Los festejos con Champagne del Cumple de Geral fueron pospuestos, porque la altura nos estaba matando con sus síntomas.


Ayer 30 nos dedicamos a descansar en el camping, y hacer sociales con la multitud de gringos que acampan en sus camionetas y camiones, hay holandeses, franceses, alemanes y suizos. Son gente muy simpática, al igual que los bolivianos que son también muy amables. Hasta la policía se reivindico gracias a la buena actitud de un agente. El Camping-Hotel pertenece a un Suizo, y está muy bueno. Disfrutamos de la pileta climatizada, tiene WIFI en todo el perímetro, un restaurante muy bonito y.... ¡¡¡¡¡CERVEZA ARTESANAL!!!! Ayer con Geral nos tomamos unas cuantas pintas de Saya (así se llama la birra) rubia y negra.... Muy Rica!!!!.
http://www.facebook.com/group.php?gid=19282259736
El Camping Overland está al sur de La Paz ( a 12 km.), en la localidad de Masalla, apenas a 300 metros del Valle de la Luna, de haber sabido ésto el día anterior nos hubiéramos evitado el andar perdidos. Para no perdernos la próxima vez: http://www.h-oberland.com
Geral fuimos los únicos con un poco de energía para darnos una vuelta por el Valle de la Luna, el lugar constituye un paseo muy bonito, la erosión y el suelo blando de las montañas han generado formas muy lindas de ver, y que dan lugar a interpretaciones que terminan siendo más caprichosas que la naturaleza. Lo de siempre... las formas representan un zapato, un  sombrero, o a Neil Amstrogg volando en el apólo XI: 












Hoy a la tarde fuimos a dar una vuelta por el centro de la Paz, el transito seguía caótico como siempre. La topografía de la ciudad es cruel con cualquier vehículo, sobre todo teniendo en cuenta que el transito es muy trabado, y te obliga a arrancar de cero en medio de unas lomas impresionantes. En un momento íbamos tan despacio que tuvimos que poner la baja, para no asesinar a la pobre colorada acelerando a fondo en primera. Pero finalmente logramos llegar a un estacionamiento. y dejar la camioneta. Entonces la topografía comenzó a ser cruel con nosotros. La altura, y las cuestas te hacen latir el corazón vertiginosamente y te dejan boqueando sin aire. Paseamos por un Shoping, similar a todos los shopings.















Visitamos en convento e iglesia de San Francisco, una belleza que data de 1540 y pico. Fuimos guiado por muchacho que no desbordaba de conocimientos, pero que tenía la virtud de transmitir, aun con su discurso cansino, lo que todo guía de turismo debe reflejar. Visitamos la cripta del convento, donde están las cenizas de los mártires del intento de revolución de 1809. Teniendo en cuenta lo que le pasó a esta gente, y otros tantos sublevados contra el poder español anterior, uno se plantea ¡Que huevos tuvieron los patriotas que hicieron la revolución de Mayo. Su fracaso hubiera implicado que sus cabezas rodaran. El convento sufrió múltiples amputaciones, como le sucede habitualmente a los edificios coloniales en Latinoamérica. Pero lo que queda es muy lindo.




















Luego fuimos a la Plaza Murillo, donde esta el palacio del congreso y la casa de gobierno. La plaza es presiosa, tiene edificios de gran valor arquitectónico. Lo mismo sucede con la parte céntrica de La Paz, es una ciudad con un gran legado coloníal. En la Plaza Murillo asistimos a un desfile porque no se bien que cambios había en el gobierno. Allí vimos a las comunidades con sus trajes típicos. Nos sorprendió, el dispositivo de seguridad desplegado. Los policías estaban armados hasta los dientes, sobre todo con elementos antimotines. Había canas por todos lados, y yo deseaba que no pase nada porque los muchachos tenían granadas de gases lacrimojenos a discreción.











Luego de comer en Toby (Cadena tipo Mc Doland Boliviano), y de ver un rato la ciudad y sus personajes, fuimos a la feria de las brujas. La Paz está poblada de ferías callejeras, de puestos comerciales improvisados en la calle, y de mucho olor a pis. Muchos de estos puestos no merecen ser visitados, pera la Feria de las Brujas es un lugar interesante por las artesanías y cosas típicas, algunas de ellas truculentas como los fetos de llama disecada que se venden para que sean ofrecidos a la pachamama. La Feria de las Brujas tiene varias cuadras, se despliega en una calle empedrada con edificios pintorescos.
La Paz, es una ciudad que merece ser visitada, a pesar del caos y la poco afortunada arquitectura que se divisa cuando se eleva la mirada a los cerros que la circundan. Pero eso es Latinoamérica, un continente de contrastes. Los Bolivianos son buena gente, su legado cultural es increíble, y los contrastes también.
Finalmente volvimos al camping en medio de la hora pico, afrontando una vez más el caótico transito. Manejo Javier, piloto oficial de las conducciones estresantes. El tipo en medio del caos, parece no estresarse, y se rie.