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Juan Pablo Roncoroni, Villa Gesell. Tengo varios blogs que versan sobre distintas cosas... la cerveza, el placer de viajar y escribir.

miércoles, 15 de julio de 2009

Chile 2 Illapel- Chinchillas - Conbarbala - Ovalle



Click para agrandar mapa del recorrido de este tramo.




Álbum de algunas de las fotos del viaje hay como mil
Continuación Día6: Sábado, 25 de Abril de 2009

Luego de estar fugazmente en Los Vilos, viendo la dificultad que representaba encontrar un buen lugar para dormir en la TATA, partimos introduciéndonos nuevamente en la cordillera a la ciudad de Illapel. Para llegar a este lugar fue necesario subir un sinuosa cuesta, pero con un camino en buen estado y asfaltado. Illapel no era muy lejos, menos de 50 kilómetros sin embargo llegamos casi de noche. Aprovechamos para cargar combustible en la ciudad y para buscar un comercio donde pudieramos comprar una banderita chilena para colocar en la TATA, junto a la argentina que ya teníamos.
Illapel es una ciudad antigua que conserva algunos edificios del siglo XVII, pero dada las condiciones de luz y el apuro no quedó registro fotográfico de ella en nuestro viaje.
Fuimos a la oficina de los Carabineros y preguntamos dónde podíamos encontrar un lugar para dormir en la camioneta. El uniformado que nos atendió muy amablemente, nos recomendó que vivaquearamos en la Reserva Nacional las Chinchillas. El lugar distaba a 15 kilómetros de la ciudad, y nos gustó la idea de acampar en un área natural, así que allí fuimos.
Los 15 kilómetros se hicieron de goma, y no dábamos con la entrada a la reserva. Es más en algún momento nos pareció identificarla y nos aventuramos a una banquina llena de piedras sobre la que la camioneta saltaba, pero la tranquera no aparecía. Cuando cae la noche, y uno está en un lugar que desconoce totalmente sobreviene la paranoia, porque no sabe cuales son los peligros de parar en cualquier lado, así que teníamos que encontrar un lugar seguro. Ya nos estábamos planteando dirigirnos a cualquier luz que indicara la existencia de una casa o un ranchito, para pedir permiso para pasar la noche, cuando encontramos la tranquera de la Reserva las Chinchillas. Eso era bueno, pero lo malo era que estaba cerrada con un candado y tenía un cartel que decía que el horario era hasta las 19:00 hs. Totalmente decepcionados, y cansados de andar durante todo el día estábamos dispuestos a partir quién sabe a donde. Sin embargo sobre la otra mano de la ruta estacionó una camioneta, lo que nos asustó un poco. No obstante la persecuta no tenía razón de ser, porque del rodado bajo un hombre petisón y masizo con sombrero de alas anchas, que inmediatamente interrogó declamante: ¿Qué andan necesitando mis amigos, en que los puedo ayudar? Luego aclaro que era guardaparques de la reserva, y que si queríamos acampar ya mismo nos abría la tranquera.

El camping de la Reserva las Chinchillas está muy bien, y el Área protegida a pesar de ser árida es de singular belleza. Esto lo pudimos comprobar al día siguiente. Pero antes de que este llegue, tuvimos otra grata sorpresa. Fuímos invitados por un grupo de astrónomos chilenos a observar las estrellas con los instrumentos que poseían a escasos kilómetros del camping, pero siempre dentro de la reserva. El grupo estaba compuesto por tres o cuatro matrimonios que tenían como hobby observar los fenómenos estelares. Eran poseedores de unos telescopios impresionantes, y nos enseñaron un montón de cosas. También es destacable la calidad humana y lo divertidas que eran estas personas. Chile en esta área tiene uno de los cielos más limpios del planeta, y menos contaminados por la luz de las ciudades, entonces posibilita una observación espectacular. Fue lindísimo compartir con esas personas ese rato, mirando estrellas, tomando mate y comiendo las masitas alemanas que nos convidaron.


Día7: Domingo, 26 de Abril de 2009

A la mañana siguiente fuímos a recorrer un sendero de interpretación que hay dentro de la reserva. El recorrido es una especie de espiral que va subiendo un cerro cuya principal vegetación son los quiscos, especie de captus natural de chile. Los quiscos son bastante más pequeños que los cardones del norte argentino, pero muy parecidos.

Aquí vemos Quitrales en un Quisco. Los quitrales son plantas parásitas que infectan a los quiscos. Lo rojo que se ve sobre esta variedad de cactus (quisco) no son las flores de la propia planta. Los quitrales llegan al quisco gracias a la tenca (mimus thenca) un pájaro muy similar a las calandrias (mimus saturninus) que habitan en la costa atlántica argentina. La tenca come el fruto del quitral en un quisco, y luego caga en otro. Así transporta las semillas y así caga también al pobre quisco en en el sentido de perjudicarlo. El quitral puede ocasionarle incluso la muerte al quisco.

Tenca

El cordón montañoso de la Reserva tiene una altura promedio de 850 metros sobre el nivel del mar y se caracteriza por pequeñas quebradas que toman una dirección noroeste en el sector occidental y una dirección norte en el sector oriental. Predomina una vegetación típica de zonas áridas donde abundan las cactáceas, especialmente en las laderas.



La Reserva Nacional Las Chinchillas en la cuarta región de Chile (región de Coquimbo), administrada por la Conaf, es uno de los pocos lugares donde se pueden ver fuera de peligro. Se creó en 1983, en Auco, en la provincia del Choapa, y en sus 4.229 hectáreas se protegen, investigan y recuperan poblaciones de chinchilla lanigera en estado silvestre. Estos roedores tan simpáticos, pero también con una piel muy apta para los tapados de piel, fueron ferozmente perseguidos y llevados casi al borde de la extinción (al menos en estado silvestre). Se calcula que entre los siglos XIX y XX salieron del puerto de Coquimbo 7 millones de pieles de chinchillas. Hoy la población se puede contar en varios miles. La Chinchilla también perdió expansión geográfica, dado que antes su población ocupaba una extensión más grande de Chile, e incluso sectores de Bolivia, Perú y Argentina. En estos tres últimos países, la chinchilla ya no existe como animal silvestre.



Para conocer esta especie muy difícil de observar, la reserva cuenta con un nocturama que es único en Sudamérica y que simula condiciones nocturnas y permite observar siete especies de mamíferos nativos en su medio ambiente natural, así como a otras especies que conforman su hábitat.


Nuestros Amigos los Astrónomos al día siguiente de la observación estelar.

Poco antes de que llegue el mediodía abandonamos la Reserva Nacional las Chinchillas para dirigirnos a Combarbalá. Había dos formas de llegar a este pueblo. Por el asfalto, o por ripio remontando la "Cuesta del Espino". Por supuesto que elegimos la segunda opción.
La siguiente foto describe muy bien a la Cuesta del Espino.

Los caminos que ofrece la cuesta son los que utilizan las empresas mineras de la zona para llegar a sus explotaciones. Nuestro GPS no tenía ni la menor idea por donde iban estas sendas a través de las montañas. Lamentablemente nuestro Garmin Nuvi 200 no ofrece la posibilidad de grabar los track (trayectorias realizadas no comprendidas en los mapas cargados en el aparatejo), pues hubiera sido bueno registrar las vueltas del camino realizado. Las bifurcaciones son constantes y todo el tiempo teníamos que estar eligiendo entre diestra y siniestra. El día era radiante de sol, y la ruta elegida se presentaba serpenteante, polvorienta y poseada. Pero el paisaje era muy lindo.
Paisaje de la Cuesta del Espino



Nos llevó varias horas llegar a Combarbalá. Un pueblo pequeño perdido en la montaña que vive de la acctividad rural. Dedicánsoe principalmente a la cría de cabras y a la producción de uvas para vino de mesa.

Combarbalá

Guaso Chileno, no es que el hombre sea mal educado. Así le dicen al típico hombre de campo con costumbres equiparables a las de nuestros gauchos argentinos

Desde Combarbalá continuamos por asfalto, siguiendo la rivera del Río Cogotti, hasta Ovalle. Esta ciudad está aproximamente a 100 kilómetros al norte de Combarbalá. En la Región están los Embalses Cogotti y La Paloma (el espejo de agua más grande del país), que irrigan esta área mediterránea de Chile posibilitando la producción agraria intensiva. Es una belleza ver las laderas de las montañas prolijamente cultivadas. La vid predomina entre otros cultivos, y se ve el trabajo fecundo de los lugareños. También son destacables las humildes, pero dignas y pintorescas, viviendas de los campesinos.

Río Cogotti

Parcela cultivada

Nuestro paso por Ovalle, una ciudad importante de la región fue más que fugaz. Decidimos volver a la costa del Pacífico, y dormir en el Parque Nacional Fray Jorge. Para llegar hasta la Ruta 5 y atravesarla fue necesario transitar varios kilómetros por caminos de Tierra. Luego de Cruzar la Ruta llegamos al acceso del parque, y luego de un breve recorrido por asfalto volvimos a la tierra.
En ese punto leímos un cartel que decía Parque Nacional Fray Jorge 27 Kilómetros, el camping se encuentra cerrado. De cabeza duras desidimos seguir. El camino no era bueno y tenía mucho serruchito. Curvas y contra curvas y algunas pendientes pronunciadas. En el trayecto atravezamos varias Comunidades Agrícolas (una de ellas se llama Buenos Aires) que forman parte de un proyecto para detener la desertificación. Cualquiera los terrenos de estas casitas, y la presumible hospitalidad de sus moradores, hubiera sido un lugar ideal para aparcar la TATA y dormir. Pero como siempre estábamos asustados de posibles asaltos. Uno puede ser asaltado en su propia casa en el lugar que habitualmente reside, pero cuando se emprende un viaje el miedo te persigue.
Llegamos hasta la puerta del Parque Nacional Fray Jorge, y vimos que estaba cerrada con un candado. Tocamos bocina y bociferamos, pero no apareció nadie. Estacionamos la camioneta para dormir en la puerta del lugar, que estaba más que bien. Pero comenzamos a imaginarnos (seguramente en forma injustificada) patotas de campesinos chilenos que nos mataban y robaban, o cosas por el estilo, y sobrevino la angustia. El culpable: Yo (Juan Pablo) quien comenzó con todas esas ideas y sembró la paranoia en Geraldine (quien hasta ese momento estaba muy tranquila).
Consecuencia, deshicimos los 27 kilómetros (que eran un montón dado el estado del camino y la hora), llegamos a la Ruta 5 y rumbeando para el norte hicimos 70 kilómetros hasta La Herradura. Esta localidad (o barrio) se ubica apenas al sur de Coquimbo. Luego de intentos fallidos en un camping cerrado y frente a una oficina de carabineros (que esta vez no fueron muy amables) deshicimos unos 8 u 10 kilómetros del camino y solicitamos que nos dejaran estacionar para dormir en una Estación de Servicio COPEC poseedora de una gran playa de estacionamiento para que los camiones pasaran la noche. Los playeros (despachadores de combustibles) fueron muy amables al ofrecernos el lugar. Cuando nosotros se lo agradecimos, la respuesta fue contundente ¡Por favor... estamos para servirlos! Esta actitud nos da la oportunidad de destacar la amabilidad y la educación que en líneas generales observamos en el pueblo chileno.
Es muy común que la gente te salude amablemente, y que se muestre comprometida cuando se le solicita información o ayuda. Generalmente las consultas sobre tal o cual camino, o lugar terminan con la frase ¡Que tenga un buen día... Que le vaya bonito! A nosotros nos gustó mucho esta forma de hospitalidad.
Cenamos un "barro roco" o algo así (sandwich de carne con feta transparente), que nos hizo extrañar muchísimo al sandwich de lomito del bar más mistongo de la Argentina. Bueno cada país tiene sus riquezas y pobrezas.
Las estaciones de Servicio COPEC, tienen excelente baños, muy limpios. Para acceder a ellos es necesario pagar 15o chilenos (más o menos un peso argentino). Incluso cuentan con duchas, por el módico precio de 500 chilenos ( tres pesos y pico argentinos) Geral fue valiente y tomó la determinación de hacer uso de estos servicios higiénicos removedores de tierra adquirida en caminos polvorientos, pero el agua estaba helada. Por lo tanto yo no me bañe ni loco. Quizás no sea la regla, pero en la oportunidad la ducha no tuvo agua caliente.


Nuestro Vivac en la Estación COPEC cercana a Coquimbo, teníamos jardín y todo

En el próximo capítulo les contaremos sobre Coquimbo y La Serena.

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