La Tata al Atardecer Salida 25 de abril de Villa Gesell: Hora 07:25 Vehículo: TATA SUMO 4x2 Mod 1998 Kilometraje: 119.026Tanque lleno YPF Biodiesel Precio por litro $ 2,29 x 60 litros = $137,4Tripulación:Pilotos:
Geraldine
Juan Pablo
Navegantes:
La Lela (fotógrafa a repetición, si se mueve dispara y si no también)Javier (Cameraman, fotógrafo, y animador)
Martín (Alguien tiene que estar en desacuerdo)
Facundo (Payaso)A continuación una foto en la "Cima de los Vientos en Villa Traful" donde se ven los integrantes.
Mapa del Recorrido para llegar a Villa La Angostura
(Click para Agrandar)
Tres Arroyos. Hora 12:40 / Kilometraje: 119.407 / Kilómetros Recorridos: 381
Carga de Combustible: YPF Ultradiesel: $ 1,913 x 45,02 litros = $ 86,13
Peaje Tres Ríos: $ 2,20 Durante el trayecto Gesell Río Colorado el tiempo se mantiene bueno y despejado, nada parece hacerlo cambiar. Nos jugó una mala pasada el viento en contra y el exceso de equipaje.. La TATA no superó los 90 km/h, y a veces no pasaba de 80.
Molino de Viento para generar electricidad antes de llegar a Bahía Blanca
¡Son enormes! Click para agrandar Cuando paramos en el control sanitario de Bahía Blanca, la camioneta no quiso arrancar y tuvimos que empujarla.
Venimos con problemas en el burro para cargar gas-oil no detuvimos el motor. Seguramente iniciaremos relaciones sociales con algún mecánico.
Hemos combatido la depresión y el vahído los sandwiches de milanesa de la Lela y el Chipá de Geral. Tampoco faltaron las facturas, caramelos, galletitas y demás alimentos necesarios para la vida humana.
Llegamos a Río Colorado a las 17:30, y sólo pudimos cargar $ 30 que equivalen a 13 litros de Esso Maxi Diesel ($ 2,25 por litros
Aquí comenzó una serie de videos con su cámara Sony. Que son muy graciosos. El primero documenta la estación de servicio de Río Colorado. Donde descubrimos a un pibe que rockea mientras cuida los baños. El video no muestra mucho al respecto, Javi no se atrevió a filmar demasiado en el baño porque no sabía si el roquero era del tipo violento, por eso se valió de realizar las tomas en forma oculta. Ver el video.
Llegamos a Choele-Choel a las 19:35, luego de transitar una de las rectas más largas y aburridas del país. Tiene 150 Km. y está trazada en su totalidad sobre la estepa patagónica. Javi realizó un video que quizás gane el OSCAR en la categoría “La Película más aburrida, a no ser por los comentarios” ¡Así se llama el premio, lo que dice entre las comillas!
CHOELE CHOEL. Cargamos Gasoil YPF Ultra Diesel. 42,11 Litros $ 81,05 ($1.924 x litro) Kilometraje: 119.905,3 Llegamos a Gral. Roca, Provincia de Río Negro, a las 23:00, o sea 15 horas 35 minutos después de haber partido de Villa Gesell. Velocidad promedio 67.3 kilómetros por hora, no creo que podamos utilizar la TATA para correr en Formula 1. Kilometraje aproximado, dado que nos olvidamos de ver el estado del relojito, 120.076. Lo calculamos en base al la distancia aprox. de Gesell a Roca. Kilómetros Recorridos hasta ahora 1050.
Cuando entramos al Hotel La Fundación, donde habíamos hecho la reserva, nos encontramos con la sorpresa que nos habían hecho mal la misma en vez del viernes para el sábado. Nuestra desilusión fue enorme y más nuestro cansancio. Nos recomendaron otro Hotel en el centro, hasta allá llegamos luego de empujar la TATA para que arranque: En el Hotel Huemul (recomendado) nos pasaron $210 la doble y $ 290 la cuádruple , exactamente el doble de lo que nos cobraban en el otro. Además el Hotel distaba muchísimo de parecerse al Palacio de Buckingham o a cualquier palacio... para ser justos digamos que era viejo y feo. ¡Nos fuimos corriendo! Finalmente recalamos en el Austral, que también era feo pero al menos por $ 290 podíamos dormir los 6, pero a la mañana descubrimos que no incluía desayuno. En este lugar del país los hoteles son decrépitos, horribles y caros, pero al parecer por su ubicación estratégica camino a los lagos cordilleranos tienen gran demanda: Por este motivo sus tarifas son excesivas en relación al servicio que prestan.
Mapa de la Provincia de Río Negro
y Sur de Neuquen
(Click para agrandar) 26 de abril de 2008
Nos fuimos a buscar un taller para la TATA, dos estaban cerrados, finalmente recalamos en uno buena onda, la dejamos y nos partimos a desayunar a la confitería El Molino: “Linda y Barata” El muchacho de la barra nos explicó donde quedaba la Bodega Humberto Canale y nos prometimos visitarla cuando volvieramos al Alto Valle de Río Negro con más tiempo. Las visitas se realizan los sábado, y justo era sábado. Salimos de Gral. Roca, para completar la segunda y última jornada de viaje para llegar a Villa la Angostura, a las 10:30. Repararon el burro en un tallercito chiquito, luego de que su dueño y secuaces terminaran el mate y las facturas. El desperfecto consistía en que un cable se había pelado por la vibración y el roce contra el burro. Consecuencia corto circuito y cables quemados. Afortunadamente: asno-arrancador ileso. Cambiaron los cables en un ratito y nos cobraron $ 50. ¡La TATA arrancó en el primer intento como una Lady... QUE FIERRO!
Alto Valle del Río Negro Por la Ruta 22 atravesamos el Alto Valle de Río Negro, pasando por Villa Regina, Fernández de Oro, Cipoletti y otras localidades. La Ruta es angosta y muy transitada, lo que la hace en este tramo muy trabada e insoportable. Sin embargo es bellísimo ver las plantaciones de manzanas peras, uvas, lúpulo y los álamos otoñales amarillos que sirven de cortinas para proteger los cultivos del viento. Vimos Bodegas al costado del camino, (el Alto Valle del Río Negro produce vinos muy ricos). También vimos pequeños puestos de venta con productos regionales (dulces, frutas, vinos, miel, etc). Ya pasaremos con más tiempo y visitaremos el Alto Valle como se lo merece. Pasamos por el peaje Cipoletti-Neuquen (pesos $ 0,65). Cruzamos el Río Neuquén he ingresamos en la provincia homónima. Hemos llegado así al “País de las Manzanas” como en otros tiempos se conociera a los dominios del Cacique Sayhueque. Neuquén quiere decir en la lengua mapuche “Correntoso o impetuoso”. Cruzar la ciudad de Neuquén es un embole porque nos paran infinidad de semáforos, que desconocen el concepto de onda verde. Cuando salimos de la zona urbana nos recibe el viento en contra, un embotellamiento porque están arreglando la Ruta.
El odómetro de la TATA acusa 120.184 kilómetros y vemos un pequeño monumento en homenaje al profesor Fuentealba que dice: ¡Aquí dicto su ultima clase! Antes de tomar la Ruta 237, ya hemos vuelto a la estepa patagónica, dejando atrás el milagro y el oasis que produce el Río Neuquen y los canales de Riego. La ultima fertilidad que observamos en un campo de trigo en medio de la estepa. Pequeño detalle a esta región argentina le falta sólo agua, la vegetación es de un verde enfermo que ni siquiera merece llamarse verde. Las plantas son bajitas, el suelo se presenta seco, arenoso pedregoso, y en algunos lugares desnudo. Sin embargo la estepa es una forma más de la naturaleza que sirve de hogar numerosas criaturas. Según dicen los libros escolares está habitada por guanacos, zorros, choiques (ñandúes), piches, maras (liebres con orejas cortas), pumas y águilas. Sin embargo lo más probable es que el viajero vea sólo vacas flacas, caballos que toman agua quien sabe donde y ovejas que se dedican a erosionar el suelo y producir excelente corderos y lana. La Ruta en este tramo está destruida, y el viento en contra arrecia impidiéndole a la TATA pasar de 80 km/h, aunque 70 Km/h. Sin embargo la TATA tal cual caballito criollo, con el galope corto y el aliento largo...va! Nosotros por las dudas, intentando evitar el vahído y superar el paisaje depre acompañamos unos mates degustando una pasta frola que hizo Geral. Uno más de los 1.000.000.000 de motivos que me aseveran el haya sido un gran acierto casarme con ella.
Más adelante pasamos por Villa el Chocón y volvemos a observar el milagro del agua. El profundo Azul del espejo contrasta con la aridez más absoluta. Luego la estepa patagónica sigue y sigue con curvas y contra curvas. Subidas y bajadas que le otorgan un poco más de encanto. El viento es tremendo velocidad máxima 70 Km/h. Tenemos un ¼ de tanque ¿Alcanzará hasta Piedra del Águila? Faltan 67 Kilómetros, estamos cortando clavos.
Por suerte llegamos a Piedra del Águila a las 14:45. Cargamos Gas-oil en Petrobras. Diesel $ 2,29 por litro. Cargamos 52 litros pagamos $ 120. Al tanque de la TATA le quedaban sólo 8 litros.
Faltan 243 kilómetros para Villa La Angostura. Lentamente comenzamos a ver la transición entre la Patagonia desértica de la estepa y la Patagonia Andina a la que nos dirigimos. Pasamos por las represas de Pichi Picun Leufu.
Llegando al Río Limay El camino se pone más sinuoso y la tendencia es subir. Las curvas son cada vez más pronunciadas y comenzamos a transitar por caminos de cornisa. Atravesamos el Río Collon Curá.
La Tata Cruza el Río Collon Cura Progresivamente la vegetación se va enverdeciendo y comienzan a aparecer los primeros pinos. Pasamos por Alicura y vemos las jaulas que se colocan en el embalse para criar truchas.
Superamos confluencia-Traful y el Limay nos acompaña desde cerca en nuestro recorrido. Los altos álamos teñidos de amarillo y los verdes sauces contrastan con el azul profundo del Río Limay regalando belleza a nuestra vista. Llegamos a un punto en el camino, para un lado San Carlos de Bariloche, para el otro Villa la Angostura. Tomamos la segunda opción porque es nuestro destino. Aquí volvemos a ver la estepa por un rato, no sea cosa que nos acostumbremos al verdor. Pero luego el lago Nahuel Huapi nos comienza a acompañar en un centenar de curvas. Ya vemos la vegetación del típico bosque andino patagónico. Por fin hemos ingresado al área del Parque Nacional Nahuel Huapi.
Llegamos a Villa La Angostura, más claramente a Bahía Manzano, con algunas gotitas que mojaban el parabrisas, a las 18:50 (8:20 después de haber partido de General Roca) Kilometraje de la TATA 120.609. Kilómetros recorridos hasta ahora: 1583
Casita en Bahía Manzano Kilómetros recorridos en la segunda y última jornada para llegar a Villa La Angostura 529 Velocidad promedio 63,48 por hora. Hemos superado nuestra marca del día anterior ¡Estamos cada vez más lentos! Detractores absténganse, la cuestión es que la Gran Tata llegó y con estilo.
Complejo Bahía Manzano El complejo de Bahía Manzano está espectacular. Alabado sea mi hermano Antonio que nos obsequió una semana porque él no la iba a usar. A veces es casi imposible conseguir las tres “B” (Bueno, Barato y Bonito). Pero conseguir las tres “G” es más difícil todavía (Groso, Grande y Gratis). El condominio de Bahía Manzano tiene vista espectacular al pequeño puerto sobre la Bahía homónima en el lago Nahuel Huapi.
Muelle de Bahía Manzano
Bahía CalmaBote para ponerse nervioso
Nuestro departamento el 112 posee la misma vista. Los espacios comunes son amplios y confortables. En fin el tiempo compartido tiene y ofrece un montón de servicios que no usaremos. Bahía Manzano presta el servicio de WI-FI y Javi salta en una pata porque se trajo su Note Book. La gente de RRPP de Bahía Manzano tiene programada diversas actividades para entretener a los pasajeros, nos entregan el fixture, sin embargo venimos con la agenda tan apretada que dudo que nos pongamos a jugar al Bingo o participemos de los sorteos de merchandising. Antes de acostarnos rendidos fuimos a la Villa (5 o 6 Km. para comprar algunas vituallas en el supermercado para hacer una picadita patagónica. Luego nos comimos la picada y nos fuimos a dormir.
27 de abril de 2008
Luego del desayuno realizamos un pequeño recorrido por Puerto Manzano.
Puerto Manzano
Callecita de Puerto Manzano Juntos en una playa de Puerto Manzano Caminito de Puerto Manzano Amigo Carnívoro en nuestro Balcón Luego fuimos a la Villa al Supermercado a devolver una trucha ahumada que compramos ayer. Estaba en mal estado, sin embargo Geral quiso convencer a la Lela de que se la comiera igual. No se, entró en la onda Francesa de la Nouvelle Cuisine Podridê y aducía que es una original forma de probar el pescado. Ella mismo la probó y dijo que estaba buena pero el olor a podrido era insoportable.
Calle de Villa La Angostuta Una vez solucionada nuestra dificultad trucha pestilente, nos fuimos a Bariloche para pasear un rato. Una vez en Bariloche: En Bustillo y Michay Cargamos gasoil en una YPF. Ultradiesel $1,913 Km. TATA 120.716. $50 = 26,6 litros.
Javier se sintió un poco decepcionado con la Ciudad de San Carlos de Bariloche, porque la imaginaba más linda y prolija. Evidentemente Bariloche ha sufrido la especulación inmobiliaria como le sucedió a Villa Gesell. Son ciudades con un entorno privilegiado, sin embargo en lo edilicio son victimas muchas veces de la fealdad que aportan los edificios realizados con criterios estéticos pobres, y sólo persiguiendo objetivos económicos de corto plazo. En la Argentina tenemos un gran matadero turístico que se dedica a carnear gallinas de huevos de oro. No obstante a pesar de que uno tiene obviar la arquitectura fea en pos de disfrutar la bella, esta última aparece como un elemento que salva a la ciudad y constituye un motivo contundente para visitarla.
Javi en el Centro Cívico de Bariloche
Casita de Artesanías, Camino a Colonia Suiza
En nuestro paseos por la Ciudad de San Carlos de Bariloche, el estado del tiempo nos acompañó y conocimos Colonia Suiza, comimos empanadas de carne fritas y el famoso “Curanto”.
Curanto... ¡humm delicioso! El curanto es una versión argentinizada. La familia Goye cuyo primer origen debe buscarse en Suiza, emigró desde Chile a Argentina asentándose en el lugar que se conoce como Aldea Suiza (en Bariloche) y adaptó la receta del curanto chileno que se hace con carnes, mariscos y verduras varias. El problema es que de este lado de la cordillera no hay mariscos, y menos como los de Chile. El curanto que comimos estaba hecho con tapa de asado (carne vacuna), pollo, chorizos papas, zanahorias, manzanas, zapallo, batata, etc. Muy rico. Modo de cocción: Se colocan unas piedras (dijeron piedras de arrastre resistentes al fuego) en un buen fuego de leña y se calientan durante 1 hora 30 minutos. Se hace un pozo en la tierra y se colocan las piedras. Luego Hojas de Nalca o de otras plantas que no tengan tanino u otras sustancias tóxicas. Luego se colocan los ingredientes salados y condimentados, se vuelve a tapar con más hojas de nalca y luego con algunas capas de arpillera. Finalmente se tapa con tierra y se deja cocinar por 1:40 o 2 horas. Luego se destapa cuidadosamente y se procede a comer. Nos cobraron $ 30 la porción, que alcanzaba para que dos personas coman muy bien.
Casa histórica en Colonia Suiza En colonia Suiza compramos tortas caseras, recorrimos el lugar que por su entorno natural sustenta el nombre pero no por su arquitectura. El centro comunitario donde comimos tenía menos onda que un renglón. Había un puestito de la Cerveza Artesanal Valais que era simpático. Compramos unas botellitas para nuestra colección y charlamos un rato con el operador de la chopera que era quien hacía la cerveza.
Puerta Tallada en Colonia Suiza Ediliciamente lo más lindo de Colonia Suiza es una pequeña galería, construida con troncos curvos y maderas talladas. También hay un museo que tiene algunos objetos antiguos y lindos en su entorno. Le sacamos una foto a una casa que reclama unas 20 o 30 con sus características para que la Colonia adquiriera las peculiaridades que uno se imagina cuando se la nombran.
La Familia en Colonia Suiza Paseando por Colonia SuizaLa feria cercana al centro comunitario estaba casi desierta por la época del año. El tiempo siguió bueno y soleado a pesar de que había pronóstico de lluvia, entonces con la panza llena emprendimos el recorrido del “Circuito Chico”, realizando la vuelta al perro tradicional que llega hasta el Hotel Llao-Llao, donde se visita la capilla San Eduardo, avista Puerto Pañuelo y luego se emprende el regreso.
Hotel Llao Llao Luego paseamos por el centro de Bariloche, nuestra máquina de fotos (la vieja Kodak Digital remendada desde hace tiempo con cinta de papel) dijo “Go Out”. La Sony modernosa de Javi se quedo sin batería y la de la Lela está con la memoria dañada. Compramos chocolates y fuimos a Blest. Excelente Cerveza y mejores Pizzas. Previamente habíamos pasado por Berlina donde compramos 4 botellitas de diferentes estilos de cerveza y donde admiré el equipo para hacer cerveza que costó u$d 35.000. Volvimos a nuestro alojamiento cansados pero... a Martín en el viaje le agarró dolor de panza, lo invitamos a bajar al baño en la terminal de Bariloche sin que él aceptara la propuesta. ¡Dos kilómetros después paramos de urgencia! Tuvo que ir a los yuyos!. Finalmente llegamos a casa la
TATA acusaba 120.880 km. en su reloj.
28 de abril de 2008
El tiempo sigue estable y bueno, y nos acompaña con su bondad durante todo el día. Nos levantamos a las 8:30, desayunamos según la preferencia de cada integrante de la expedición, chocolates, café, chocolatada y cosas de alto valor energético por que hoy vamos a la Excursión de las Cascadas de Dora y Santa Ana. Recogimos a nuestro Guía en el Automóvil Club Argentino de Villa La Angostura. Darío estudio en la Escuela de Guardaparques Nacionales y es Guía de Montaña. Nos condujo por el paso Cardenal Samoré a la Aduana del lado Argentino. Una vez realizados los tramites correspondientes, seguimos viaje como si fuéramos a Chile, pero antes de llegar a la Aduana Chilena y aun en territorio Argentino comienza nuestra aventura. Pues dejamos la TATA al costado del camino poco antes de llegar al puente del Río Pantojo, y nos internamos caminando en un bosque de ñires.
Caminito a la Cascada Dora
Los Ñires nos deslumbran con sus colores
Belleza camino a la Cascada Dora
Estamos a 1200 metros sobre el nivel del mar (Villa la Angostura esta 800 m.s.n.m) El sendero es estrecho y la vegetación es espesa. Al principio no vemos sotobosque pero al cabo de un rato, los cohihues remplazan a las lengas y ñires, y los helechos enormes nos rodean. La humedad de la pre-selva valdiviana da vida en forma imponente. Las sendas suelen ser resbalosa, empinadas, con piedras que dificultan el transito. Muchas veces la caña colihue y las raíces de los cohihues sirven para agarrarse y no caer gracias al suelo barroso y desparejo.
Darío, Nuestro Guía nos cuenta la historia de la Cascada Dora Cascada de Dora Al cabo 30 minutos de caminata llegamos a la parte más aventurera de la excursión, luego de conmovernos con la vista de la cascada de Dora, emprendemos el cruce del Río Pantojo. Seguimos las indicaciones del guía para aplicar las técnicas de vadeo caminando. Todos nos mojamos las zapatillas, las botamangas de los pantalones arremangados, y entre salpicadura y salpicadura incluso el culo.
A mojarse los pies con agua fría Amazona colorada apaleando al Río PantojoEl guía tiene botitas de neopren y pantalones desmontables, así que el muy guacho la pasa mejor. Hay que pisar en el lecho y en las piedras que emergen (evitando las de superficie inclinada) con cuidado para evitar caerse de cabeza en las aguas heladas.
Uno se siente nervioso, con cierto temor pero entusiasmado por la Aventura, sabe que poner un pie en falso significa un chapuzón gélido e inconveniente dada la baja temperatura ambiente. Esta excursión se realiza generalmente en verano, sin embargo Indiana Jones la haría con frío como nosotros. ¡Así que aquí estamos! Del otro lado del Río todos nos cambiamos el calzado e intentamos recuperarnos del intenso, e incluso doloroso, frío que nos produjo el agua de deshielo en los pies. Por suerte ninguno calló en las fauces del Pantojo.
Río Pantojo... una belleza Continuamos por una senda que comienza a bajar cada vez en forma más vertiginosa, hasta el mirador de la cascada de Santa Ana. Luego seguimos bajando por una picada cuya pendiente es muy inclinada, si no nos agarramos de las cañas o las raíces nos caemos y corremos el riesgo de golpearnos. De hecho la Lela cae en tierra y barro unas cuantas veces. Sin embargo descubre que tiene una fortaleza física y una templanza mental que ella misma ignoraba. Llegamos al Río y vemos las cascada desde abajo, y aprovechamos una gran piedra plana para hacer nuestro frugal picnic y recuperar fuerzas.
Cascada Santa Ana La Cascada cae como de una especie de cornisa de 32 metros de altura. Esta formación de basalto sobresale de la montaña y forma una cavidad con forma de arco de medio punto, a su vez conformado por piedras hexagonales perfectamente encastradas (lo que evita que se caigan). O sea que detrás de la cascada hay una suerte de galería “transitable” de piso resbaladizo y de barro más o menos consistente. Comenzamos a subir por un lateral entre helechos y musgos y piedras.
Subiendo a la caverna que se encuentra detrás de la cascada Santa Ana La naturaleza nos ofrece una “escalera” que dista mucho de ser lo que generalmente conocemos como escalera. Trepamos con pies y manos y alentamos a la Lela, quien rezonga pero sube demostrando una vez más la polenta cordobesa. Finalmente llegamos a la referida cornisa que acompaña a un barranco inclinado y poblado de helechos.
Cavidad detrás de la Cascada Caerse no implicaría matarse pero sí rasparse más que una fosforera. Al cabo de caminar unos metros estamos detrás de la cascada, permanecemos un rato, charlamos y verificamos un fenómeno óptico, un juego que propone y explica el guía, que consiste en mirar la cascada en un punto fijo. Forzando a los ojos a que no sigan el movimiento durante unos 15 segundos. Luego desviamos la mirada junto con la cabeza al paisaje que aparece en cualquiera de los laterales de la cascada. Resultado: Los helechos, árboles, las rocas y todo se mueve y flamea como una bandera durante unos instantes. Hay que experimentarlo es divertido. Luego de un rato emprendemos el regreso. Primero hay que bajar hasta donde almorzamos y luego toda la vuelta es subiendo y subiendo. La Lela otra vez se dió un par de porrazos pero con humor y fortaleza los superó. Tengo que mencionar al resto de los expedicionarios: Geral, Javier, Martín, Facu y (modestamente) yo tuvimos un desempeño espectacular y nos divertimos muchísimo, pero la Lela sin duda fue la protagonista. Esta caminata a las Cascadas de
Dora y Santa Ana nos permitió aprender sobre muchas cosas:
- Hay unos hongos llamados “Lengua de Vaca” son comestibles, y que se parecen a la lengua de una vaca. Las vacas practican un tipo de canibalismo vegetariano con estos hongos porque se los comen.
Hongo denominado Lengua de Vaca
- Hay unos hongos que se llaman coral, que son muy buenos para acompañar fideos con crema. Se cortan y listo.
Hongos Coral
- Que hay unos hongos violetas muy babosos y bonitos pero que no se comen porque son tóxicos.
Estos hongos violetas no son comestibles
- El guía nos habló sobre la problemática de los mapuches, los habitantes originales de la región, y su problema por pérdida de la tierra.
- Nos habló sobre la política de Parque Nacionales en el pasado y ahora, la problemática con los viejos pobladores, la caza “furtiva y/o de subsistencia”, la pesca de truchas, etc. También se refirió a la formación militarizarte que durante años tuvo la APN, el gran conflicto casi ancestral entre guardaparques y antiguos pobladores de los Parques Nacionales. Nos dijo que algunas cosas están cambiando para mejor y que ahora se les da más cavida a los pobladores, permitiéndole prestar servicios remunerados a los turistas como baqueanos, asadores, porteadores, etc. Esto evita que el poblador, mapuches y criollos habitantes del parque en algunos casos desde hace generaciones, se vea forzado a depredar su entorno. Esta gente tiene una economía de subsistencia y los recursos naturales que lo rodean son una importante fuente de subsistencia. Por eso cazan, pescan y extraen leña, pero al existir la posibilidad de que ganen dinero con el turismo de alguna manera se evita que el uso de los recursos naturales sea excesivo. El lugareño demuestra una mayor preocupación por proteger la naturaleza que ahora pasa a ser un atractivo turístico que le permite subsistir. A su vez esta nueva modalidad genera mayor colaboración, y buena relación, entre pobladores y guardaparques.
- Parte de la picada que transitamos durante el recorrido conformaba el antiguo “Paso Puyehue” .Antes que se construyera el camino, que desde 1978 lleva el nombre de paso cardenal Samoré (pero que desde mucho antes era conocido con el nombre de Puyehue) el transito a Chile se realizaba por una picada angosta haciendo uso de caballos y bueyes. Desde la llegada de los conquistadores esta vía era utilizada principalmente para el arreo de ganado, pero se calcula el paso ya era utilizado por los pobladores originarios desde antes.
- El Guía nos contó que el General Perón fue jefe de la Guarnición de Montaña de Bariloche. Se refirió a su enemistad con Bustillo y la elite, de las expropiación del Bosque de Arrayanes, etc. Nos recomendó un libro que se llama el “El Surgimiento de Bariloche de Ezequiel Bustillo”. Para volver fue necesario cruzar el Río Pantojo otra vez, lo hicimos con determinación y sin el temor de la primera vez. La tarde nos deleito recreando el paisaje que ya habíamos visto por la mañana, ahora tenía otra luz, sombra y colores. Llegamos a la TATA, cansados, bastante mojados y embarrados, pero felices ¡Quién nos quita lo bailado! Dejamos al guía y al rato llegamos al complejo. Comenzamos a bañarnos por tandas. Tomamos bebidas calientes y ricos chocolates de
Bariloche.
29 de abril de 2008
Villa La Angostuta: Cargamos YPF Ultra Diesel 26,40 litros , $ 50 (1,891 x litro)
Mapa del Área Bariloche, Villa La Angostura, Villa Traful, Confluencia, etc.
Fuimos a Villa Traful pasando por la Hostería de los Quintupuray, donde sacamos numerosas fotos y comimos las torta fritas de rigor. Las Torta Fritas son imperdibles y un icono obligado. Tuvimos el honor de saludar al abuelo Quintupuray, tiene 92 años. Los Quintupuray son una familia Mapuche, tienen en el lugar una hostería, un camping y un snack-mapu-bar o algo así donde venden las referidas tortas fritas.
Lago Correntoso (La Tata Frente al Lago Correntoso, el los mapuches Quintupuray)El entorno es hermoso, la finca está enfrente al Lago Correntoso, todo es muy prolijo, el paisaje se conjuga con la expresión bucólica de los corrales de palos a pique y las ovejitas que pastan mansamente.
Finca de los Quintupuray Corral de palo a pique en lo de los Quintupuray Martín alimentando al pollo Hoy también decidimos contradecir al clima otoñal de la Patagonia Andina, pues amaneció con sol, el viento está calmo y no hace frío. Cuando contratamos la excursión dijimos: ¡No queremos chubascos, ni lluvia, ni frío! Bueno parece que nos han hecho caso.
Frutos Rojos frente al Lago Correntoso El desempeño de la TATA en el ripio y la montaña fue impecable. No tiene velocidad, eso ya lo sabemos, pero sí fuerza y nobleza. El camino a Villa Traful se desvía de la ruta de los 7 lagos. Es necesario tomar un camino vertiginosamente empinado a la derecha (si uno viene desde “La angostura”). ¿Qué podemos decir del recorrido desde la Finca de los Quintupuray hasta Villa Traful? Sencillamente bellísimo, son unos cuantos kilómetros de Bosque Andino Patagónico, curvas y contra curvas, en el recorrido se atraviesa el Río Pedregoso (que estaba seco).
Lago Traful Lago Traful entre los Árboles Comimos unas truchas espectaculares en un Restaurantito de Villa Traful, al que con Geral ya fuimos 2 veces. Compramos unas botellitas de Cerveza “Villa Traful” para nuestra colección.
Martín en la Puerta del Restorante, a la espera de devorar una trucha En la Cima de los Vientos (que esta vez no tenía viento) conocimos a una pareja de peruanos (hombre y mujer) de Lima que conocían los Restaurantes de Vicente (Cantarana) y Ezequiel (Patagonia). La chica era fotógrafa del diario “El Comercio” y revistas turísticas. Nos sacó fotos y dijo que nos las va a mandar.
Asistencia perfecta de Pilotos y Navegantes de la Tata, en la Cima de los Vientos Vista del Lago Traful desde la Cima de los Vientos Cima de los Vientos, Lago Traful También nos uso como modelos para sus revistas de turismo. Desde la Cima de los Vientos hay un punto panorámico desde donde el Lago Traful se muestra en su más profundo azul y esplendor. Desde el último punto referido enfilamos para el lado de Cuyin Manzano, el paisaje se pone más árido porque transitamos en una área de transición entre la Patagonia Andina y la estepa. Sin embargo las formaciones rocosa, las paredes, desfiladeros y cursos de agua son hermosos.
Valle encantado, Vista del Río Traful Camino a Cuyin Manzano Los últimos cavernícolas de Cuyin Manzano Camino a Cuyin Manzano Luego fuimos a Cuyin Manzano, llegamos cuando ya estaba anocheciendo y no pudimos relacionarnos con los pobladores mapuches. Pero vimos sus casitas y la escuelita. Los niños mapuchitos nos saludaban y sonreían. Regresamos ya de noche por Confluencia, el cielo estaba estrellado y tuvimos un premio extra, vimos un O.V.N.I. ¡Que bueno!
30 de Abril de 2008
Por la mañana hicimos península de Quetrihue ida y vuelta en bicicleta. Por suerte la Lela se quedó para no humillarnos con sus dotes ciclísticas. Nos sentimos orgullosos de haber realizado tal periplo, a pesar de que sinceramente fue una tortura para todos. Yo sufrí el bronco espasmo más feroz que recuerde. Martín se empacó en las escalinatas que aparecen en el primer kilómetro del recorrido en sentido Villa la Angostura Bosque de Arrayanes. Y yo subí ambas bicis al hombro un buen trecho lo que me complicó aun más mi bronco espasmo. Facu en nuestra anterior travesía caminante por la península (2006) se fracturó un brazo tontamente al tropezar con una raíz; esta vez no le sucedió eso pero se pegó un golpe en los huevos con el caño de la bicicleta que casi lo deja fuera de combate. Hasta la voluntad inquebrantable de Geraldine se vió conmovida, porque después de la bicicleteada se quejó y esto es muy raro en ella. Javi fue más veloz pero casi muere en el intento, después de dejar la bicicleta en el lugar de alquiler, casi no podía ni hablar, sin embargo llego a decir que fue el esfuerzo físico más grande que hizo en su vida. La caminata de Península de Quetrihue es un recorrido de 12 Km. no muy dificultoso para caminarlo, simplemente lleva tiempo, tiene muchas subidas y bajadas que uno puede afrontar a su propio ritmo cuando camina. Sin embargo la bicicleta a pesar de poseer cambios no perdona cuando uno afronta recorridos de montaña, este vehículo requiere en terrenos con largas y pronunciadas pendientes un par de pulmones extras y la musculatura de un iron-man. Nosotros no reuníamos esas condiciones así que: Subíamos, cuando la cosa se ponía brava, empujando la bicicleta (a parte de nuestro cuerpito); y bajábamos aprovechando las pendientes favorables intentando no darnos el porrazo que pusiera fin a nuestras vacaciones y nos abriera las puertas de algún nosocomio. Al bajar no hay que engolosinarse con la facilidad del ejercicio y la sensación de volar; porque las piedritas, raíces, troncos y curvas, sumados a la pendiente y velocidad que desarrollaba la bici, pueden realmente hacernos remontar vuelo en cualquier momento. Volar no es el problema, como coinciden todas las asociaciones aeronáuticas de diversas latitudes, el inconveniente es aterrizar. El muchacho que nos alquiló las bicicletas nos explicaba que en verano, cuando hay más personas que realizan Quetrihue en Mountain Bike, hay numerosos fracturados diarios. El arrendatario de vehículos de dos ruedas propulsados por sangre humana, nos contó la historia de la turista española que aterrizó dentro de la laguna La Patagua luego de un “glorioso planeo” por no decir caída en picada; la mujer tuvo que ser desincrustada del espejo de agua por un pequeño grupo de guardaparques. Afortunadamente a nosotros no nos pasó nada de eso. Sólo que el grupo se desmembró y cada uno hizo la excursión a su propio ritmo, o mejor dicho a su disritmia cardiaca. Todos llegamos a distinto tiempo por que no tardamos cada uno lo mismo en recorrer los 24 kilómetros que comprenden la ida y la vuelta, pero aun así fue más rápido que caminando. En resumen el castigo: Las subidas empujando la bicicleta o pedaleando en forma TORTURANTE. El premio: las bajadas veloces y vertiginosas a pesar del riesgo de “volar”, el paisaje y el bosque de Arrayanes (que como siempre hallamos maravilloso). El estado físico general fue de regular a deplorable, pero el espíritu como siempre: ¡Somos unas fieras! Por la tarde realizamos el camino de los 7 lagos. Martín estaba ¡Muy Cansado! lo que lo obligó a quedarse rascándose un huevo en el complejo, o los dos si le sobraba tiempo (palabras casi textuales de su hermano Javi). Como salimos para realizar la excursión recien a las 2 de la tarde, decidimos postergar el asado programado a las orillas de algún calmo lago que se nos cruzara. A falta de asado buenos son los sandwiches de mortadela, salame y otras vituallas capaces de apagar el hambre de ciclistas famélicos. En el trayecto, cómodamente instalados en la TATA y sin la necesidad de pedalear, avistamos los lagos: Correntoso, Espejo, Villarino, Falkner, Machonico y Lakar. ¡Todos ellos de una belleza imponente! No nos desviamos al Lago Escondido como habíamos hecho en el 2006. Es nuestro deseo realizar en el futuro “Siete Lagos” (una de las excursiones más famosas de la región) tomándonos 3 días. Para disfrutar de cada uno de ellos como se lo merecen. También disfrutamos del Río Pichi Traful, donde paramos a tomar fotos y a embelesarnos con la belleza de su paisaje.
Puente sobre el Río Pichi Traful, una belleza Javier en el Pichi Traful
Facu haciendo facha en la gran roca del Pichi Traful
El pompero de Pichi Traful se asoma
La Ruta de los siete lagos está siendo ensanchada y calzada con cajas de alambre tejido que contienen piedras, esto sirve para construir terraplenes. El trazado está siendo replanteado para asfaltarlo en su totalidad. Dejará de ser el camino romántico entre árboles que se atreven a invadirlo, para pasar a ser una ruta de montaña bella. La nueva vía será bella, sin duda, pero habrá perdido mucho de su encanto.
Las Lengas y Los Ñires pueblan la Montaña
Suponemos que es la última vez que veremos Siete Lagos como la senda casi mitológica que está dejando de ser. El progreso cubrirá de asfalto vivencias y aventuras. En cuanto a la transitabilidad mejora aportando comodidad a los habitantes de la región, pero en cuanto a la seguridad tenemos nuestras dudas. El asfalto traerá el aumento de la velocidad de circulación, y con asfaltos el camino en invierno se congelará de todos modos con el consecuente peligro que ello implica.
Lago Espejo
Lago Espejo
Javi y Juan en la Cascada Vulillanco
Otra de Javi y Juan
Geral, La hermosa, en la Cascada Vulillanco
Geral y Juan en Vulillanco
Recorrimos la ciudad de San Martín de los Andes, está muy hermosa, prolija y limpia. En cuanto a su arquitectura, es lo que uno espera de un pueblito de montaña. Tiene el encanto que Bariloche perdió por su crecimiento desordenado y especulativo. A Javier le encantó y lo insitó a seguir comprando regalos para su novia.
La Lela, viajera incansable, comprando chocolates
Fuimos a Abuela Goye donde comimos tortas, wafles y helado; y tomamos café con leche y chocolate caliente. Con Geral observamos y admiramos , una vez más, la decoración y estanterías realizadas en roble peyin. Cuando decidimos volver, no encontrábamos la camioneta porque nos equivocamos de plaza. Los desorientados éramos nosotros porque la TATA, obediente, se había quedado donde la dejamos.
Duende de San Martín de los Andes
Regresamos por Siete Lagos de noche. Pocos kilómetros en camioneta, pero muchos caminando, antes de llegar al cruce de Quila Quina; vimos a un señor que iba con sus bolsas de supermercado. Geral para, y decidimos llevar al pobre hombre que de noche caminaba por el camino de cornisa. El hombre resultó ser José Raúl Mariano, un miembro de la comunidad mapuche de Quila Quina. Agradecido, espontáneamente, nos invitó a que fuéramos a su casa a comer empanada al día siguiente. No pudimos aceptar porque ya teníamos programado irnos a Chile. Entonces nos ofreció acampar cuando quisiéramos en su terreno. Con Geral nos prometimos volver para tener contacto con la comunidad y conocer mejor tan entrañable personaje.
Dado que el señor Marinao nos deleitó, en su corto viaje con nosotros, dándonos una clase introductoria del idioma mapuche. Nos saludó en su idioma en forma agradecida y amable. Y nos contó que su abuelo era de apellido Curru-huinca, que en la lengua araucana quiere decir Negro-Blanco, o sea Indio-Blanco. José también nos contó que la comunidad mapuche de Quila Quina es propietaria de sus tierras, pero que las mismas son inajenables. Ellos no pueden venderlas, está establecido en la seción realizada. Es una manera de proteger a los Mapuches de sus propios errores y de la avaricia de quienes desean quitarles sus tierras. Desgraciadamente no todos los mapuches de la región están bajo las mismas condiciones que la comunidad de Quila Quina. En otros lugares los mapuches están perdiendo, o han perdido, sus tierras porque las han mal vendido o porque no se han respetado sus derechos convirtiéndolos en victimas de matufias. Finalmente, antes de que lo dejemos en la tranquera de su casa y de saludarnos afectuosamente, nuestro nuevo amigo mapuche nos contó que hace poco fue el Nguillatum: Una celebración mapuche de la que no pueden participar los blancos, donde no hay luz eléctrica, ni elementos modernos y en donde todo se desarrolla a la luz de las fogatas. ¡Dan ganas de colarse! Anotamos la ubicación de la casa de José Mariano: Bajada Quila Quina (viniendo de San Martín a la derecha) a quinientos metros y luego a la izquierda. Espero que entendamos esta referencia cuando volvamos. Si no preguntaremos por ahí por el amigo José Marinao ¡No nos queremos perder sus empanadas, ni su amable
hospitalidad!
1 de mayo de 2008
Villa La Angostuta: Cargamos YPF untradiesel $ 47 litros 24. Precio x litro $1,92
Paso Cardenal Samoré, vamos para Chile
¡Que colores, seguimos enfilando para Chile
Nos dirigimos a Chile para vistar el parque Nacional Puyehue. Tomamos por el paso cordillerano Cardenal Samoré (antiguo Paso Puyehue).
Paso Cardenal Samoré
Cabe informar que el cardenal Samore fue mediador en el conflicto limítrofe entre Chile y Argentina que en 1978 casi lleva a ambos países a la Guerra. Resultado: Se evitó la guerra, y eso es muy bueno; la Argentina perdió las tres islas en el canal de Beagle que generaban el conflicto, y eso es muy malo. Realizamos el tramite en la Aduana Argentina y 40 kilómetros más adelante en Pajaritos, Aduana Chilena.
Los tramites fueron embolates, pero estábamos contentos de ir a Chile. Entre las 2 aduanas paramos en el hito que divide a los 2 países.
Hito de la Frontera Chileno Argentina
Haciendo Tramites en Pajaritos, Aduana Chilena
En lugar tomamos unas cuantas fotos e hicimos las boludeces de rigor, a
saber:
- Poner una pata en Chile y la otra en Argentina.
- Estacionar la mitad de la camioneta en Chile y la otra mitad en Argentina.
- Javi se sacó una foto haciendo la vertical con una mano en Chile y otra en Argentina.
- Ir y volver de Chile a Argentina o viceversa para sentirse un viajero internacional.
Paso Cardenal Samoré
El camino es hermoso, el otoño nos regaló sus mejores ocres, amarillos, naranjas y marrones, que se conjugaba con el verde de las confieras que decidieron que todo el año fuera primavera. El camino de montaña es sinuoso y peligroso, pero bello para quien lo disfruta con lentitud. Apenas pasamos el hito pudimos apreciar las bondades del Océano Pacifico, que deja del lado chileno su humedad. La vegetación, ya abundante del lado cordillerano argentino, aquí explota formando lo que se conoce como selva valdiviana. Aparecen nuevas especies arbóreas (inexistentes del lado argentino); y las lianas y helechos gigantescos dan la idea de un lugar tropical, sin embargo estamos en un clima frío. En el Parque Nacional Puyehue recorrimos tres senderos, el del salto del indio, el del salto Repucurá, y el del Salto de la Princesa (que estaba seco)
Salto del Indio, Parque Nacional Puyehue Chile
Geral y Juan en Salto del Indio, Chile
Salto del Indio, Parque Puyehue Chile
Facu en el Salto del Indio
Javi y Geral en El Parque Nacional Puyehue, Chile
Juan y Geral en Chile
Javi y Geral en el Parque Nacional Puyehue, Chile
La Lela recorriendo huellas rudamente abruptas
Sendero del Parque Nacional Puyehue
Martín en el Parque Nacional chileno
Los tres senderos escapan a un posible descripción justa, son increíblemente hermosos. Ríos, colores, piedras, vegetación, caídas de agua y día soleado nos brindaron un espectáculo maravilloso. Al finalizar el último sendero recorrido, salimos a la ruta, a un kilómetro al este de donde habíamos dejado la TATA.
Aborígen del Parque Nacional Puyehue al asecho, detrás de un helecho gigante
Musgos Chilenos en Puyehue
Salto Repucurá , Parque Nacional Puyehue Chile
Caminamos a la vera del asfalto, disfrutando del país vecino y saqueando a las moras silvestres que por cierto estaban muy ricas.
La Tata en el Parque Nacional Puyehue, Chile
Una vez instalados en la TATA emprendimos la búsqueda de un lugar donde almorzar. Llegamos a un restaurante que estaba a 2 kilómetros al este, pero era muy caro (aprox. $ 62 por capita sin delirarnos). Del otro lado del caminos vimos un cartel que incitando al apetitito decía: “Empanadas y Pan Casero” Sin dudarlo ingresamos a la finca por pequeño camino de tierra y llegamos a una casa humilde. Al bajar de la camioneta me recibieron una parva de perros no muy amigables. El más agresivo de los canes tenía sólo tres patas, ladrada tanto que hacía dudar de la veracidad del dicho: “Perro que ladra no muerde” Por suerte desde la casa salió una señora de aspecto campesino y comienza a llamar a los gritos al trudúpedo, y me dice: ¡No le haga caso.... desde que le falta una pata se pone rosco! Fue así como comencé mi primer transacción comercial en una moneda cuyo poder adquisitivo nos costaba mucho entender. Las empanadas desafortunadamente se habían acabado. Así que compramos 12 pancitos a que nos costaron $ 1800 chilenos. Habíamos cambiado en la Aduana con la siguiente cotización: $1 Ar = $ 110 Ch. Pero nos dijeron que si queríamos comprar nuevamente argentinos, a la vuelta para no quedarnos con moneda chilena tendríamos que pagar cada $ 1 Ar = $ 150 Ch. El pan sirvió sólo como un aperitivo que estimulo nuestro hambre. Seguimos por el asfalto con rumbo este-oeste pero no veíamos ningún cartel que dijera “Comida”. La hora del almuerzo envejecía y daban ganas de almorzar y merendar . Llegamos a las “Termas Aguas Calientes”. El Bufete estaba cerrado, el restaurante abría más tarde (ya eran las 15:00... ¿a que hora abriría?) y el almacén no tenía intenciones de atender a nadie. Bueno todo no es comer, también esta el gozo de conocer. Subimos por un camino de ripio al centro de Ski del Volcán Antillanca.
Vamos subiendo la cuesta del Volcán Antillanca, Chile
Queríamos recorrer la espesura valdiviana y hacer un poco de “Roaddifícilen” con la TATA SUMO. ¡Muy Lindo... algo así como un Cameltrophy de baja dificultad! En el centro de Ski todo lo relacionado con la comida, y con todo, estaba cerrado y con el abandono característico del letargo entre temporadas.
Geral en Antillanca
Bajamos del volcán por los caminitos serpenteantes que se juegan con curvas y contra curvas en medio de la selva valdiviana. Una vez de regreso en “Aguas Calientes” comprobamos que el Restaurante estaba abierto. Sentarse a comer, y pedir entrada, palto principal, postre y bebidas estaba fuera de nuestro presupuesto. Optar por plato principal y bebidas... también. Entonces nos decidimos por unos Sandwiches para llevar. Cuando consultamos las posibilidades que brindaba el establecimiento en cuanto a emparedados. Nos ofrecieron tres tipos de sándwich con nombres chilenos, sonaba algo así como Barroroco, Barrocayo y “Churrasco italiano”. Elegimos “Churrasco Italiano” porque fue el que más entendíamos. Consistía un pedazo de cuadril a la plancha con tomate y palta. Muy rico, cada sándwich constaba de 2 pancitos redonditos con el relleno referido. O sea cada porción traía 2 de esos pancitos con el pedacito de cuadril y demás componentes. Dada nuestra cantidad de dinero chileno compramos 3 porciones (6 emparedaditos) , lo que nos proveía de 1 un bocadillo de 10 cm de diámetro a cada uno. Esto era muy escaso, sin embargo sirvió para que no muéranos del vahído. Nos resultaron deliciosos. El costo de nuestros Churrascos italianos fue de $Ar 96. Algo así como $ 10.600 chilenos. Soportamos nuestro almuerzo escaso y tardío a las 17:00, porque a la noche íbamos a hacer un gran asado en el complejo Bahía Manzano (cuya web promociona bien grande “quincho y parrilla”). La vuelta estuvo poblada de colores, y la naturaleza fue obsequiosa una vez más. La policromía se vió acentuada por el atardecer. Las nieves eternas de las montañas se tiñeron de rosa, y el otoño nos mostró toda su belleza.
Realizamos ambos tramites aduaneros sin inconvenientes, y una vez en Villa la Angostura (en el pueblo) compramos provoletas y pan, porque ya teníamos la carne para hacer el referido asado. Llegamos al complejo Bahía Manzano y preguntamos inocentemente ¿Dónde queda el quincho y las parrillas? Nos contestaron que al quincho lo estaban reformando y que a las parrillas al aire libre las habían demolido para construir una cancha de paddle o algo así. Definitivamente ¡Son unos subversivos apátridas que atentan contra el máximo valor nacional... el asadito! Con resignación compramos salame, mortadela y queso en el almacencito “Los Lindos”, sito enfrente de nuestro alojamiento. También en el mismo lugar adquirimos, para combatir depresión, ciervo ahumado, salamines de ciervo y queso ahumado. Esta última compra evitó que realizáramos el asado, en señal de protesta, en la recepción del establecimiento que nos brindaba su hospitalidad. Por suerte la picada estuvo muy buena.Pregunta: ¿Si el 1º de mayo es el día de los trabajadores, y teniendo en cuenta que somos hobbits laburantes, porque no nos quieren dejar comer?
2 de mayo de 2008
Nos levantamos temprano porque teníamos un largo camino recorrido hasta el Cerro Tronador. Tenemos 83 Kilómetros hasta Bariloche, de allí unos 40 km. más para ingresar al Parque Nacional Nahuel Huapi Área Tronador. Una vez en el Parque Nacional debemos recorrer los caminos de ripio que también suman unos cuantos kilómetros.
Amaneció muy nublado, pero con el correr de las horas el sol comenzó a asomar. Afrontamos el caminos de las 100 curvas (Ruta 231), hasta la Ruta 40 y luego en lugar de ingresar a Bariloche, rodeamos la ciudad por la Ruta 40 (ex 258) Bordeamos el Lago Gutierrez y luego el Mascardi . Paramos en Villa Mascardi para cargar Gasoil.
Villa Mascadi: YPF Ultradiesel $ 67 Litros 35 Precio $ 1,904. También compramos galletitas, y la Lela compró Scones que estaban muy buenos.
Ingresamos en el Parque Nacional Nahuel Huapi y el guía de la casilla de entrada nos recomendó, por los horarios de sentido de circulación, que realizáramos Cascada de los Alerces por la tarde.
Llevamos el asadito postergado en la heladera de camping, para poder hacerlo en “Pampa Linda” (un parador ubicado a 8 Km. de la base del cerro). Primero hicimos 9 kilómetros hasta la encrucijada que divide el camino, a la izquierda se va para Cascada de los Alerces y a la derecha para la Base del Tronador. Tomamos este último camino, antes de la base del Cerro está Pampa Linda, que dista a 31 Kilómetros de la referida encrucijada. A los efectos de comprender, agrandar el siguiente mapa haciendo click sobre el mismo.
Plano de la el área del Cerrro Tronador y la Cascada de los Alerces
Playa Negra, acceso al Cerro Tronador
Vista del Lago Mascardi
Lago Mascardi
Lago Mascardi, Isla Corazón
Por los Caminos del Cerro Tronador
Vaca en la zona de Tronador
Acceso al Hotel Tronador
Realizamos el hermosos trayecto por el zigzageante camino de montaña, entre bosques de añosos cipreses. A nuestra derecha podríamos observar varios puntos del recorrido el lago Mascardi.
Paramos, a la altura del Hotel Tronador para hacer la caminata hacia Cascada de los Cesares, 40 minutos, todo subida. La encontramos hermosa pero con menos agua que en la primavera.
Aventureros recorriendo las inmediaciones de la Cascada de los Césares
Hemos cumplido con el objetivo, llegar a la cascada que en esta época del año tiene muy poca agua.
Tórtolos, tan enamorados como el primer día
Geral disfrutando del entorno
Facu y Juan en la Cascada de Los Césares
Los machos de la Familia en los Césares
La Tropa en la Cascada de los Césares
En el camino varias veces se nos mostró el Cerro Tronador con sus imponentes 3478 m.s.n.m, iluminado por el sol con sus nieves eternas de crema americana, y los tres picos: El argentino, el chileno y el internacional.
Cerro Tronador Imponente
Geral y sus bebés
La vuelta hasta la camioneta, que había quedado en el camino de acceso al Hotel Tronador, fue más rápida por que todo el sendero es en bajada. Tardamos 20 minutos. Continuamos con la TATA que se sentía a sus anchas por estos caminos de cornisa, y atravesando el Río Manso, de verdes y cristalinas aguas, nos dirigimos al Tronador propiamente dicho. El camino comienza a poblarse lentamente de ñires amarillos y lengas rojizas, estamos subiendo.
Río Manso
Hemos subido unos cuantos metros hasta el sustrato de las Lengas
Jamás dejaremos de admirarte amigo Tronador, nos gusta tu blancura y tu rugido
Bosque Ocre... ¡Que Belleza!
Algunas vistas nos dejan con la boca abierta, tanta belleza. Llegamos a Pampa Linda, pero decidimos continuar 8 Km. más hasta la base del Tronador y hacer el asadito a la vuelta ( a pesar de que ya era el medio día).
A unos 300 metros metros de Pampa Linda, pero del lado contrario del camino sale una picada que conduce al Salto de las Nalcas, pero por cuestiones de tiempo descartamos en esta ocación ese paseo. Sin embargo les contamos que en el 2006 tuvimos la oportunidad de realizar esa caminata y debemos decir que es espectacular.
Llegamos a la base después de atravesar hermosos bosques, allí se sentía más el frío y la humedad. Recorrimos una senda hasta llegar a un arroyito de deshielo donde los chicos jugaron con trozos de hielo con formas hermosas. Juan se puso a hablar con un señor chileno que había vivido en Salta y en la provincia de Santa Cruz durante muchos años.
Mapa del Área de Cerro Troanador y Lago Mascardi - Click para agrandar
El Río Manso adquiere color mate cocido con leche
a medida que nos vamos acercando al Ventisquero Negro
La Lela nos dispara a repetición de la base del Tronador
Desandamos un pequeño trecho del camino con la TATA hasta llegar al mirador del “Ventisquero Negro”, el glaciar que da origen al Rió Manso, que a esta altura tiene un particular color mate cocido con leche y que se encuentra totalmente congelado. El Ventisquero Negro es uno de los diez glaciares que posee el Cerro Tronador. El Ventisquero Negro, a diferencia de la mayoría de los glaciares que son de un blanco inmaculado, es oscuro por la sedimentos minerales que posee en su constitución.
Los chicos se entretenían tirando piedritas al agua congelada del Manso que a veces se rompía. Notamos que el glaciar había disminuido su tamaño desde la última vez que lo vimos, hace 2 años atrás. En 2006 cuando lo visitamos la guía nos contó que las fotos tomadas hace 30 años lo muestran mucho más grande. La disminución se debe al calentamiento global.
Ventisquero Negro, el Río Manso estaba congelado
Martín, jugando con el hielo
Cando llegamos a “Pampa Linda” decididos a hacer “el postergado asado”, el día estaba espectacular para tal fin, el lugar también porque había parrillas muy bonitas. Entonces fuimos a preguntar si era posible hacer uso de tales fogones. Me dijeron que preguntara por el señor Ricardo. Ricardito , “alias el garquita” me dijo que Sí. Después agregó son $ 8 por persona. Éramos 6, por lo que la suma ascendía a $ 48. Nosotros poníamos el carbón, los chorizos y un pedazo de vacío. ¿Qué nos dada Ricardo por $ 48? Por tratarse de un simple fogón y teniendo en cuenta que habíamos pagado la entrada al Parque Nacional nos pareció oneroso. Me re-calenté y en el libro de visitas del restaurante, que administraba mi amigo Ricardo, deje una extensa queja por escrito. Los chicos nos querían devorar a nosotros, pero no nos quedó otra que postergar el asado para más tarde a pesar de que ya eran las 15:30. Con Ricardo ya me había peleado, y ahora no podría hacer el asado ni siquiera pagando. Hambrientos pero voluntariosos nos dirigimos a la Cascada de los Alerces. Cincuenta kilómetros de camino sinuoso y escarpado.
La gran máquina Hindú desplazándose en el ripio Otra vez El Tronador, no nos cansamos de sacarles fotos Primero había que desandar un tramo de 31 kilómetros, y al llegar a una encrucijada en lugar de dirigirse a la salida, girar a la derecha tomando el camino de 19 kilómetros que conduce a la cascada.
Antes de llegar a nuestro nuevo punto de destino pasamos por “el balcón de la suegra” ¡mamita que te funcione bien la dirección del auto! En el trayecto se bordea los Lagos Los Moscos y Hess. Siempre con la vista del cerro y sus nieves eternas, el camino enripiado atraviesa densos bosques de cipreses y coihues y sorprende con hermosas vistas panorámicas que se asoman luego de las pendientes y las curvas. La TATA paso por un camino que era el lecho de un río seco. Piedra y más piedras. Nuestra camioneta no es 4x4, pero tiene todas las características de un vehículo todo terreno en cuanto a la suspensión y la altura. Supongo que los autos comunes dejaran los pedazos en el camino a la “Cascada de los Alerces” Ante de llegar a la cascada divisamos, en un camping cerrado pero de fácil acceso, parrillas. ¡EUREKA! Pero estoicos, y con ganas de ver el atractivo al que nos dirigíamos, decidimos hacer el asado a la vuelta. Donde comienzan las pasarelas para visitar la referida cascada, hay un boliche-hostería de características humildes y pintorescas. El establecimiento tenía un cartel que rezaba: TORTAS FRITAS Y PAN CASERO. Famélicos, encargamos tortas fritas y pan para el regreso del recorrido de las pasarelas, y pedimos permiso para usar las parrillas. En nuestros viajes anteriores jamás habíamos estado en la “Cascada de los Alerces” este lugar nos sorprendió por su belleza.
Uno de los panes caseros adquiridos en el bolichón de la Cascada de Los Alerces
fue devorado más tarde en el complejo en el desayuno del día siguiente. El Río Manso demuestra que no le hace mucho honor a su nombre dando un salto de particular esplendor. Este río fue bautizado por los chilenos porque en su desembocadura es un curso de agua precisamente manso. Sin embargo en sus nacientes, y en un largo trecho de su recorrido es un torrente de montaña que suele correr encajonado entre los peñascos y forma saltos que mejor le valdrían el nombre de “Río Salvaje”. La Cascada de los Alerces tiene una caída de varios metros de altura, y su entorno es bellísimo.
Desde las pasarelas se puede observar algunos ejemplares de alerce, unos de los árboles más longevos del planeta. Como de tantos otros, disfrutamos mucho de este lugar. Desandamos los 300 metros de las pasarelas y nos dirigimos al boliche a buscar nuestra tortas fritas y pan casero. Mientras esperaba que me entregasen las vituallas tuve una conversación con el hombre, de acento campesino y apariencia paisana, que me atendía amablemente desde su mostrador.
Le pregunté:
- Oiga don.... ¿Usted es de acá de la zona?
- ¡No, no! ¡Yo soy de otro lao’!
- Así, mire usted... ¿Y de dónde?
- ¡De otro lao’... de otro lao!
Evidentemente el paisano no quería referir su lugar de procedencia, quizás me haya confundido con algún miembro de INTERPOL o la AFIP, o tal vez exista en algún recóndito lugar de la Republica Argentina un pueblo llamado: “Otro Lao” Del boliche nos fuimos pa’ otro lao’. Aunque nosotros sí daremos datos al respecto. Nos fuimos a las parrillas del camping cercano. Bajamos el carbón, Martín encontró abundantes leñitas en los mismos fogones, y en 5 minutos ardían las llamas. Como todos saben hay esperar un rato largo para que se haga la brasa.
El día agonizaba y la noche tenía muchas ganas de nacer. Apuramos un poco el fuego y tiramos sobre la parrilla los chorizos, las provoletas y el vacío. Ya habíamos ajusticiado las tortas fritas, pero munidos de pan comenzamos a comernos las provoletas frías o pinchadas en palitos que previamente las introducían en el fuego.
Con Geral mientras se hacían los chorizos fuimos a dar una vuelta por las inmediaciones. Detrás del camping había un lago hermoso donde se reflejaba el rojo del atardecer y desde donde se escuchaba los bramidos de las vacas, era el Lago Roca. Sabemos que viajar es una de las cosas que más placer nos brinda, con esta mujer recorreremos el mundo. Fue un corto paseo que nos llenó de paz, un lugar son muchos paisajes. Todo depende de la hora, el día, la época del año, etc. Uno desgraciadamente pasa muy rápido, sería hermoso hacer un viaje más lento y con más tiempo en cada lugar. De regreso del paseo, Javi el asador suplente, ya había dado vuelta los chorizos y faltaba poco para que los mismos estén listos. Cuando comenzamos a armar los chori-panes ya era de noche. ¡Ummm que rico! Al vacío le faltaba, entonces lo corte como churrasquito para apurarlo. Todo con la ayuda de la luz de la TATA. Cuando los churrasquitos más o menos estuvieron (en realidad no veía un carajo) los comensales comenzaron a flaquear y a demostrar su debilidad. Ya estaban llenos con tortas fritas, pan y queso. Sin embargo Martín, Facundo y Yo (Juan) comimos un par de churrasquitos porque no podíamos despreciar nuestro almuerzo, merienda o cena. Desconozco como denominar al retrasado asado. Sobró bastante vacío, que más tarde fue a parar a las fauces de los perros vagabundos que merodeaban en las inmediaciones del complejo Bahía Manzano. El problema es que a la carne le faltaba en algunos sectores algo de cocción y no teníamos forma de terminar de cocinarla en nuestro departamento. De ser posible su cocción hubiera adquirido la forma de sandwiches para la vianda del viaje de vuelta a Gesell. Bueno esta es la triste historia de nuestro asado. No pudo ser en 7 lagos porque se hizo tarde; no pudo ser en el complejo Bahía Manzano porque demolieron las parrillas; no pudo ser en el Parque Nacional Puyehue de Chile porque en la frontera de pajaritos te decomisan la carne entonces no la llevamos; no pudo ser en Pampa Linda porque no nos queríamos dejar choriar por “el amigo Ricardo”. Fue finalmente en el camping próximo a la Cascada de los Alerces, los chorizos y las provoletas espectaculares. El vacío inconcluso porque se hizo de noche y teníamos largos kilómetros para volver nuestro alojamiento, aunque la parte que se hizo estaba buena. Más de la mitad del vacío fue donado a los perros, porque no nos quedaba otra, no porque somos de la “Sociedad Protectora de Animales Callejeros” ¡¡¡ Buua!!!! Emprendimos el regreso a Puerto Manzano ya bien entrada la noche. Los turistas ya habían dejado el Parque Nacional hace rato y recorrimos solitarios los caminos de ripio y cornisa que nos llevaban a la salida. Manejaba yo y Geral estaba bastante asustadita a pesar de que mi velocidad era más que prudente. Cualquiera se asusta en tales circunstancias, a veces la posesión del volante da tranquilidad. Salir del Parque, y llegar a la ruta asfaltada fue todo un periplo que demando un par de horas. Los 30 kilómetros que nos separaban de la cinta asfáltica parecían de goma. Lo que sucede es que íbamos bien despacio para no desbarrancarnos con la TATA.
Una vez en el asfalto el viaje de regreso tomo algo más de ritmo, sin embargo seguimos la nunca excesiva conservando la prudencia teniendo en cuenta que transitamos por un camino de montaña y de noche. Bordeamos la ciudad de Bariloche, y luego poco después de atravesar el río Limay, tomar la Ruta 231, e introducirnos en la Provincia de Neuquén comenzamos a transitar por la estepa. Cuando el camino recupera la rivera del Nahuel Huapi vimos a Bariloche con todas sus luces encendidas por ultima vez, porque mañana comenzamos el regreso a casa. Se ve la ciudad detrás del lago y infinidad de lamparitas la iluminan; en la orilla del lago las luminarias se concentran y a medida trepan los cerros se van desperdigando. La Lela dice que tal conjunto de luces parece un gigantesco trasatlántico, aun más grande que el TITANIC. No se si se perece a un barco, pero la imagen nocturna es hermosa, y debemos decir ¡Chau Bariloche hasta la próxima vez. Llegamos al complejo y comenzamos a guardar cosas para facilitar la partida al día siguiente. Igual no pudimos partir muy temprano porque teníamos que buscar ropa en lave-rap que abría después de las nueve.
Antes de irnos a acostar, como todas las noches anteriores le ponemos la mantita en el motor a la TATA. Ella esta acostumbrada al clima templado y a dormir abrigada en nuestro garaje. No sabíamos si podía suceder , pero temíamos que no arrancara a la mañana si bajaba mucho la temperatura. ¡Así que mantita!
3 de mayo de 2008
(El Regreso 1era etapa)
Almacén Los Lindos Frente al Complejo Bahía Manzano
Ya nos estamos volviendo y queremos impregnarnos de recuerdos bellos
Luego de ir buscar la ropa al lavadero de Villa La Angostura, y de que Geral realizara algunas compritas consistentes principalmente en chocolates; acondicionamos todos los bártulos en la baca de la TATA co Javi.Villa La Angostura:
Cargamos Ultradiesel $ 53 Litros: 27
Kilómetros que acusa la TATA 122.058
Kilómetros recorridos hasta ahora 3.032
Le ponemos ½ litro de aceite YPF Extra-vida. El consumo está dentro de los parámetros absolutamente normales. Recuerdo que cuando vinimos en el 2006 gastamos 8 litros de aceite con Francoise la La Renault Trafic propulsada por GNC.
Luego de los mandados en el centro de Villa La Angostura, pasamos a buscar a la Lela, Facu y Martín por el complejo donde habían quedado y partimos aproximadamente a las 10 de la mañana (nos olvidamos de anotar la hora) rumbeando por la Ruta 231. La primera jornada de viaje fue de Villa La Angostura hasta Río Colorado, donde paramos a dormir. La sensación fue que realizamos este tramo de vuelta en forma más veloz que a la ida. Pero como después nos olvidamos de anotar la hora de llegada no lo podemos afirmar a ciencia cierta.
Ya con nostalgia fuimos observando la rivera del lago Nahuel Huapi, los bosques del parque homónimo.
Transitamos por última vez al borde Lago Nahuel Huapi, y vemos al indio dormido. Dicen que la montaña que se ve en la foto se parece a un aborigen durmiente Yo pregunto... ¿De que etnia? ¿Mapuche, Tehuelche, u Ona?
Llegamos a la Ruta 237 y la encrucijada que para al sur indicaba Bariloche y para el norte Neuquén (dirección que debemos tomar para llegar en algún momento a Villa Gesell). Uno se queda con tantas ganas de tomar el camino del sur. Desde allí podríamos continuar la marcha hasta El Bolsón, Trevelin, Parque Nacional los Alerces, Los Glaciares.... Pero hay que volver a casa, que después de todo no está mal.
Luego de atravesar el valle encantado, de acompañar en sus vericuetos al Río Limay, pasar por sus represas, y en fin dejar atrás la ultimas excoriaciones de la Cordillera de los Andes; nos introducimos en la estepa que ahora producto de la nostalgia se ve más bella. Luego de tomarnos varias horas para atravesar una buena porción el desierto patagónico llegamos a Neuquén. La aguja del nivel de combustible pide por favor que carguemos gasoil. Cuando llegamos casi con los últimos alientos de hidrocarburos a la primera Estación de Servicio que vemos en la capital neuquina., nos informan que tenemos que hacer 15 cuadras más porque se quedaron sin diesel. Por suerte llegamos a pesar del desperdicio energético y tedio que significan los semáforos y el tránsito.
Cargamos YPF ultradiesel en Neuquén: Litros 55,20 $ 104 + $6 pesos por la rebelión de los playeros. Llegamos cortando clavos con lo justo la TATA carga 60 litros.
El trayecto por la ruta 22 que va desde Neuquén a Choele Choel atravesando en Alto Valle del Río Negro fue como siempre insoportable por la densidad del transito. Los camiones traban todo el tiempo la fluidez y los desesperados estúpidos se tiran a pasar poniendo en riesgo múltiples vidas. Como numerosas rutas de la Republica Argentina en este tramo es necesaria la doble trocha. Luego del transito denso viene la recta interminable de Choele Choel a Río Colorado, siempre por la Ruta 22 que ahora se desvía de la rivera del Río Negro y se zambulle en la estepa. Como diría Javi a la ida esta famosa recta de la República Argentina no es apta para personas con tendencias maníaco depresivas, y mucho menos suicidas. Llegamos a Río Colorado aproximadamente a las 10 de la noche. No anotamos ni el horario de salida ni el de partida pero suponiendo que tardamos 12 horas para recorrer 810 Km. el promedio sería de 69,16 Km. x hora. Nos alojamos en el Hotel Quelu Leufu que nos ofreció un departamento muy amplio, pero realmente amplio. Realmente nos preguntamos cual era el propósito de habitaciones, living comedor, baño y cocina tan grandes. Fue algo increíble. Las condiciones de higiene eran muy buenas, y la construcción era nueva. La decoración zafaba. Nos salió $ 330, por esa plata alquilas una cabaña para 6 personas hermosa en baja temporada en cualquier lugar de los lagos.
4de mayo de 2008
(El Regreso Segunda Etapa)
Salimos a las 8:00 Río Colorado YPF Ultradiesel $ 78 Litros 38,53 Precio $ 1.913
Hoy es un día muy especial porque Facundo cumpleaños, le tocó recibir sus 12 años en la Ruta. Le cantamos varias veces y lo felicitamos a cada rato.
El sol esta de frente y aletarga al conductor en la monotonía del camino, sin embargo vamos dejando atrás la estepa y nos vamos aproximado a la pampa húmeda, nuestro terruño. En médanos ya vemos un paisaje diferente que con sus ondulaciones nos recuerda a la inmediaciones de Villa Gesell. Logramos rodear la ciudad de Bahía Blanca sin condenarnos en su transito tedioso, y a pocos kilómetros de virar con dirección Norte, ya vemos el paisaje verde y llano de la pampa
Cargamos combustible en Tres Arroyos cuando la TATA acusaba Km. 123.250 YPF Ultradiesel $80 Litros 41,82 Precio $ 1,913. También aprovechamos la oportunidad del la parada para festejar el cumpleaños de Facu realizando un humilde banquete consistente hamburguesas, papa fritas y gaseosas, que fue devorado en las instalaciones del bar de la estación. Faltan 375 kilómetros para llegar a casa y partimos ansiosos para completar el ultimo tramo.
Llegamos a Mar del Plata cuando la camioneta nos cuenta que ha recorrido Km 123.521desde que fue rodada por primera vez. Son las 16:40 y lo dejamos a Javier en su departamento, los integrantes de la expedición se comienzan a dividir. Luego de hacer una parada técnica en el departamento y cumplir con necesidades fisiológicas, nos despedimos de nuestro camarógrafo y animador (Javi) ya extrañándolo.
Llegamos a Villa Gesell a las 18:30. La TATA acusaba en su odómetro 123.625 kilómetros, cuando partimos el 25 de abril marcaba 119.026 Kms. La velocidad promedio fue de 69,8 kilómetros por hora ¡El tramo más veloz, y podríamos a ser más veloces pero paramos a comer y entramos en Mar del Plata para dejarlo a Javi!
La diferencia entre ambos cómputos nos da un total de 4599 kilómetros recorridos en nuestra vacaciones.